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¿Tiene autoridad moral Miguel Alemán Velasco para asegurar que enrique peña “respetó” las libertades durante su administración? ¡Ninguna y hay que decirlo con fuerza! Miguelito es hijo de uno de los grandes prevaricadores de la nación, Migue Alemán Valdés, ex presidente de la Republica ostentó el mayor cargo ejecutivo entre 1946 y 1952-, y por l fuerza del nepotismo disfrazado alcanzó hasta el rango de gobernador de Veracruz que combinaba con la dirección de sus empresas y la venta de sus acciones de Televisa, acaso para disimular un poco. Es fama que en aquel entonces, entre 1998 y 2004, pasaba más tiempo en la capital del país que en la de su estado.
Recientemente, el junior más afortunado de México, con un capital considerable que, sin embargo, no aparece en el semanario Forbes, pretendió apropiarse de las candilejas, al estilo de Chaplin –autor de la bella melodía que lleva este nombre–, para lanzar a voz en cuello, cual si fuera un son jarocho, una letanía de elogios al señor peña, de entre los cuales destacó una sentencia asombrosa:
–El signo del gobierno de peña es haber respetado las libertades.
Nadie supo a ciencia cierta a lo que se refería a no ser, claro, si se trataba de la manera cómo aplicó la impunidad al ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, cuya libertad parece haber sido asegurada por la influencia del peñismo y contra la soberanía de esta entidad tan injustamente estigmatizada y mancillada. Y otro tanto puede aplicarse por la vehemencia judicial puesta en la reducción de la pena del oro Duarte, el veracruzano, que sientan precedentes para otros sujetos de su ralea: Yunes Linares, Graco Ramírez, Moreno Valle, Astudillo Flores, Quirino Ordaz Coppel, Alfredo del Mazo Maza, Ivonne Ortega Pacheco y su entenado Rolando Zapata Bello, Roberto Borge, Egidio Torre Cantú, Humberto y Rubén Moreira, Francisco Vega de Lamadrid, Claudia Pavlovich y una extensa lista que, por supuesto, no olvidamos.
Por aquí es por donde debe empezarse a combatir la corrupción, principal oferta del presidente electo, amén de llevar al debido proceso a Rosario Robles Berlanga, subcampeona de la corrupción, Gerardo Ruiz Esparza, Luis Videgaray Caso, los secretarios de Hacienda del sexenio con José Antonio González Anaya, concuño de carlos salinas en sitio preponderante, y a la cabeza de todos ellos, enrique peña nieto.
La corrupción va ligada estrechamente al nepotismo como el que se pretendió instalar en Puebla, a costa de ventas de boletas, robos de urnas, tiroteos –un muerto, lo que acrecienta la fama de Moreno Valle como asesino–, y sobornos pretensos al Congreso local denunciados por los nuevos legisladores de Morena y el Partido del Trabajo quienes sitiaron al cacique y ex mandatario convertido en Senador y con deseos de seguir saqueando a su entidad bajo las faldas de su esposa, Erika Martha Alonso Hidalgo. Pero, ¿será su mujer o sólo lo simula?
La aristocracia llegó con peña a los más altos estándares. Toca al presidente electo, si de verdad quiere cumplir con los mexicanos, poner a trabajar a la escoba de la justicia. ¡Queremos una República, no un simulacro con reyezuelos al frente!