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Michael Myers regresa 40 años después para el enfrentamiento final; una cinta digna de una noche llena de espantos
Ya estamos a pocos días de Halloween, una fecha que por excelencia convoca a los más grandes males y terrores que habitan en nuestro mundo, o al menos así se ha representado en la ficción a través de los años. Es por eso que cuando en 1978, John Carpenter dirigió y musicalizó la primera película de Halloween, coescrita con Debra Hill, todo el mundo quedó atemorizado con el personaje de Michael Myers, un asesino serial catalogado a lo largo de los años como “la maldad pura”.
Aquella cinta representó el debut en cine para Jamie Lee Curtis, que ahora regresa con su personaje de Laurie Strode, 40 años después de los hechos ocurridos en aquella fatídica noche, para la confrontación final con Michael Myers.
Halloween, definitivamente recobra mucha de la esencia vista en su primera entrega y que se había perdido a lo largo de las décadas con sus secuelas y reinicios. La sensación de terror está ahí, las situaciones transcurren de la forma en la que tiene que ser para que pasemos rápidamente a la acción, las muertes son espectaculares y sin duda verán mucha sangre. Obviamente hay decisiones que toman los personajes que son absurdas, te ríes de ello, pero es necesario para que podamos avanzar y seguir entretenidos, esperando la pelea final. La música y el ambiente funcionan a la perfección, te adentran en la historia, y sinceramente Halloween sabe cuál es su camino, no pretende ir más allá de eso, es una película para tener sobresaltos y divertirte previo a Noche de Brujas, y eso queridos lectores, funciona muy bien.