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DICEN QUE LAS DESGRACIAS NO VIENEN SOLAS la cuestión es que se registre una, para que las demás vengan en cadena.
Eso mismo le está pasando al flamante diputado federal perredista, Mauricio Toledo, quien con su fuero ya se frotaba las manos desde San Lázaro para seguir moviendo los hilos en Coyoacán con su alfil Manuel Negrete, pero de pronto la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), le sacó la tarjeta amarilla por faulear permanente en la contienda electoral a su contrincante morena María Rojo, que le valió tramposamente alzarse con el triunfo.
A un paso de que el mismo tribunal en una instancia superior ordene la reposición del proceso, el fin del cacicazgo de Toledo estaría a la vuelta de la esquina, porque en San Lázaro dicen los enterados que también le preparan un amor muy especial sus primos de Morena, que son mayoría.
Pero el asunto no para ahí, pues resulta que Morena, en el nuevo Congreso de la Ciudad de México, le está tendiendo su cama a Toledo al igual que a los demás coordinadores del PAN (Jorge Herrera); del PRI (Israel Betanzos); de la coalición parlamentaria de MC (Juan Gabriel Corchado); (Armando López Campa), del PVEM; (Xavier López Adame) y por supuesto del PRD en la VII legislatura de la extinta ALDF, porque las cuentas no cuadran.
En el nuevo Congreso, la número uno de Morena, Ernestina Godoy, anunció que todo el amor que sus compañeros de partido recibieron en la VII legislatura de la exALDF por parte de los coordinadores antes mencionados, será devuelto hasta con intereses.
Será por eso que la bancada mayoritaria en el Congreso de la CDMX empezó a jalar el hilo sobre el asunto de las plazas heredadas por todos los excoordinadores de las fracciones partidistas porque en los últimos tres meses la nómina se infló para pagar las quincenas de “puras caras” nuevas.