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Conferencia descafeinada

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Las Vegas, Nevada.– Fueron frases cortas, apenas monosílabos. Como si fuera un pacto de no agresión, o una estampa orquestada, Saúl Álvarez y Gennady Golovkin se guardaron los dichos, pues todo apunta a que los cambiarán por golpes para este próximo 15 de septiembre en la T-Mobile Arena.

De hecho, ni siquiera la imagen retadora, desafiante, apareció esta vez en el Teatro KA del Hotel MGM, escenario de la última y desangelada conferencia de los protagonistas de la velada más esperada, no sólo durante este año, sino más bien en la última década.

Hace siete meses, cuando la rivalidad era meramente deportiva, pues aún no cruzaba los límites personales, como ha sucedido para la edición dos de esta rivalidad, se palpó la última imagen de un cara a cara entre Canelo y GGG, pues para esta ocasión, hasta el respeto llegó a rayar en lo exagerado.

Las palabras desafiantes, por el doping de uno, o porque el otro se escuda en su mentor, ni siquiera salieron a flote, pues además la bandera fue: “Hablaremos arriba del ring, todo lo que se tenía que decir, ya se dijo”.

Y fue después de que los patrocinadores y sponsors opinaron de ser parte de la reyerta más mediática, sobre todo en una fecha tan importante para los mexicanos, que le tocó el turno a quienes suponían ser los que le pondrían el sabor a la sesión con la labia.

Mauricio Sulaimán, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), quien presumió el cinturón emblemático que estará en disputa durante la Noche del Grito, dio paso a Abel Sánchez, el entrenador del kazajo, quien más tardó en pararse que en regresar a su lugar, pues así de fugaces fueron esta vez sus declaraciones.

“Esperemos ofrecer las peleas que ofrecimos ambos lados”, exclamó apenas un escueto Sánchez.

“Muchas cosas se dijeron abajo del ring, pero la verdad está por llegar el sábado, las palabras salen sobrando, tenemos una gran pelea, y esperemos que cuando se recuerden peleas históricas, siempre se hable de Canelo contra Golovkin segunda versión. Esperemos que lo que se dijo abajo, se supere arriba del ring”, acotó Chepo Reynoso, el profe del púgil mexicano, tal vez un poco más emotivo.

Letras más, letras menos, en su participación, Gennady apenas murmuró: “Hemos hablado mucho ya. Será un gran día para el boxeo. Gracias a todos por hacerlo posible”.

Golovkin fue presentado por su manejador, pues incluso hasta en protagonismo hubo paridad, y el representante de Golden Boy Promotions, hizo lo propio, le dio entrada a Álvarez.

“Ya dije todo lo que quería decir. Agradezco a toda la que gente que siempre ha estado apoyándome, a mi equipo de trabajo, a mi familia que siempre ha estado aquí. Estoy listo, me preparé muy bien. El sábado 15 de septiembre está a la vuelta de la esquina, y como ya saben, nunca en mi vida me ha gustado hablar, y de la misma manera lo digo, me subiré a ganar solamente, y que la gente disfrute de una gran pelea y de una gran victoria para México”, atajó el tapatío y, después de posar para las cámaras, abandonó la casa del Cirque du Soleil.

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