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EL DIRECTOR DE LA UNIDAD DE INTELIGENCIA FINANCIERA DE LA SECRETARÍA DE HACIENDA, Santiago Nieto, se convirtió en el ariete de Andrés Manuel López Obrador contra los beneficiados con el huachicoleo; el robo de combustible, pues.
En una de las últimas conferencias de prensa que encabezó AMLO, presentó a Santiago Nieto, exfiscal contra delitos electorales y quien fue despedido en la administración de Enrique Peña Nieto, por filtrar información sobre varias denuncias que estaban bajo su responsabilidad. Personaje que fue impulsado por el aspirante a la gubernatura poblana, Miguel Barbosa. Sabe de perseguir a los malos.
Sabe que, como en la época de Al Capone, la única manera de caerle a quienes usufructúan con violar la ley, es el camino fiscal. Mucho dinero es materialmente imposible guardarlo bajo el colchón. Son tan grandes las utilidades de los ladrones de combustible que es necesario inyectarlas al sistema financiero nacional.
Esto significa que son fácilmente detectables mediante los reportes que diariamente realizan las instituciones financieras con depósitos o retiros de cuentas por más de 10 mil dólares. Esto de inmediato enciende las luces de alerta del sistema y se rastrean las operaciones.
Fue así como ya encontraron varias operaciones, por más de 3 mil millones de pesos donde se involucra a empresarios, grandes empresas, así como a los dirigentes de grupos de ladrones de combustible.
Las cifras que maneja el gobierno de López Obrador, lleva a detectar que podrían estar en las venas financieras más de 100 mil millones de pesos, lo que convierte al huachicoleo como el delito más lucrativo después de narcotráfico, que en México arroja más de 10 mil millones de dólares, o sea, 200 mil millones de pesos anuales.