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Ante la gran demanda de medios nacionales e internacionales para dar cobertura a la toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, el espacio asignado para reporteros, fotógrafos y camarógrafos, conocido como el ‘corral de la ignominia’ en el Congreso de la Unión, colapsó y fue insuficiente.
Desde el viernes 30 de noviembre, el nuevo equipo de Comunicación Social de la Cámara de Diputados, a cargo de Roselli Reyes Cuevas, hizo entrega de unas 1,800 acreditaciones de medios nacionales e internacionales, quienes hicieron una larga fila porque sólo dos personas hacían entrega de la credencial que daría acceso a San Lázaro.
Para el sábado 1° de diciembre, a partir de las 6 de la mañana, algunas puertas de acceso estaban abiertas a los medios, pero sólo con la credencial visible. Ya adentro, las filas empezaron a invadir los pasillos de algunos edificios.
La sala de prensa de la Cámara de Diputados, de plano cerró sus puertas a reporteros que no eran de la fuente y determinó hacer una fila para dar ingreso a los que llegaron de agregados, pero sin garantizar la entrada.
El acceso a la sala de prensa era casi imposible. El filtro para dar acceso a reporteros gráficos y asignados al evento, provocó la molestia de los medios quienes buscaban el mejor lugar en el ‘corral de la ignominia’, pero finalmente, minutos antes del inicio de la sesión solemne, los espacios se saturaron, por lo que tuvieron que abrir salas de prensa alterna en el edificio B de San Lázaro, donde sólo habría transmisión de circuito cerrado para los reporteros.
En punto de las 9 de la mañana, las diferentes bancadas en el Congreso fijaron su postura por la llegada de Andrés Manuel López Obrador, como presidente de la República.
Con información de Hugo Hernández
