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Daniela Romo inspira con su ejemplo

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La cantante y actriz vivió en 2011 el drama de tener cáncer de mama; hoy recomienda no bajar la guardia

El 31 de octubre de 2011, Daniela Romo re­cibió una de las noticias más impactantes de su vida; de esas que te cambian la vida, de esas que siembran incertidumbre y le abren la puerta al miedo: los doctores le diagnosticaron cáncer de mama y ella lo asumió de la mejor manera posible:

“Lo asumí como tiene que ser; pre­gunté qué se tenía que hacer y lo hice; es más, lo sigo haciendo para honrar la vida que me fue devuelta. Al hacerlo, espero poder inspirar a muchas personas para que lo ha­gan, todos sabemos bien que esto puede ser pasajero si nos atende­mos a tiempo. Es el mes de octubre y les recomiendo a todos checarnos, estar prevenidos y saber cuidarnos. Hay que cuidarnos los unos a los otros para que estemos bien en la vida. Este 31 de octubre cumplo 7 años de mi diagnós­tico”, declaró.

Fueron siete meses de una ardua ba­talla, 12 ciclos de quimioterapias que la debilitaron físicamente, pero que la forta­lecieron emocional y espiritualmente. Hoy Daniela es más fuerte que nunca: “Es una obligación, yo tengo que ir cada seis me­ses a mi doctor y me hago todos mis estu­dios; me hacen mi mastografía, me hacen 20 cosas, me sacan sangre, entonces cada año me tomo mis días para hacer lo que tengo que hacer. La incidencia en el cán­cer últimamente ha aumentado a unos nú­meros increíbles, quién sabe por qué nos están dando esas cosas”, comentó.

Y es que el cáncer le devolvió su sen­tido a la vida, pero le quitó algo que era muy preciado para ella, su larga cabellera: “Cuando me rapé yo me sentía muy mal, porque algo caracte­rístico mío era mi cabello; entonces cundo me lo quitaron, sentía que no era yo, fue muy fuerte para mí; pero poco a poco lo fui asimilando y empe­cé a sacarme provecho”, dijo.

El cáncer ahora la respeta, sabe que Daniela no se rinde fácilmente; sin em­bargo, esta terrible enfermedad a veces es astuta y podría regresar cuando menos te lo imaginas: “Siempre hay terror de que regrese, siempre llego al doctor aterrada y salgo muy confiada, me voy muy contenta porque gracias a Dios no me ha regresa­do”, mencionó.

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