Visitas
ALEJANDRO LELO DE LARREA
PROMINENTE LOPEZOBRADORISTA, el escritor Paco Ignacio Taibo II trataba de entender y explicar la razón de las vallas que se habían colocado en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas, para conmemorar el 50 aniversario de la matanza de Tlatelolco, en una guardia de honor montada por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
“Es muy difícil la situación, porque hay que controlar la seguridad del presidente”, comentaba Taibo II a pregunta expresa, sobre las quejas del Comité 68 (integrado por los líderes del movimiento), quienes reclamaban las dificultades para acceder al lugar, debido al protocolo de seguridad implementado en coordinación con las autoridades de la Alcaldía de Cuauhtémoc, para proteger a AMLO.
“Yo la hubiera hecho abierta”, añadía Taibo II, quien después, junto con la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum, haría las gestiones para que tanto líderes del movimiento, activistas sociales e incluso periodistas, pudieran estar por delante de las vallas.
Foto: Antonio Cruz
Así, fue eliminado ese rectángulo de 30 metros de ancho por 20 de largo, que colocaba a la gente lejos de la estela. Ahí, en medio de la explanada donde daría su discurso el tabasqueño.
Antes, una de las más molestas por las vallas fue la legendaria lideresa de aquel movimiento, Nacha Rodríguez, quien al emitir un breve discurso ante López Obrador, habría de expresar su molestia.
En la colocación de la ofrenda, acompañaba al mandatario electo todo su futuro gabinete. Casi ninguno portaba ropas ni prendas negras, como se acostumbra en el protocolo de las ceremonias luctuosas. Sólo Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard y Miguel Torruco iban de negro. López Obrador, traje azul, sin corbata.
Foto: Antonio Cruz
Al terminar su intervención, el mandatario electo pidió que, “si les parece, en representación de los que estamos aquí, escuchemos a Paco Ignacio Taibo…”.
Del Comité 68, estaban otro líder legendario: Raúl Álvarez Garín, quien decidió no tomar el micrófono, pero también estaba molesto porque a su hijo tampoco lo dejaban pasar.
