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Desde el Averno

El secuestro de El príncipe

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Ya es para todos conocida la vida azarosa de El príncipe de la canción, José José, vida que de algún modo él decidió tener, aunque con todo lo que hemos visto pareciera que todos han decidido en su vida por él; alcoholismo, drogadicción, una carrera y una familia destrozada, el mejor cantante que ha dado este país y lo tiró todo por la borda, pero aún así, es muy querido por el público, tal vez porque muchos se identifican con su historia o tal vez porque siempre se ha hecho pasar por la víctima, aunque no siempre lo ha sido, ha ido y venido entre doctores, hospitales, estuvo al borde de la muerte hace muy poco y ya que estaba a punto de la salud absoluta, Sarita, hija de su segundo matrimonio, decidió llevárselo de manera totalmente irresponsable, y poniendo en riesgo su vida, se lo llevó en una ambulancia aérea para dejarlo fuera del alcance de sus dos hijos, Pepe y Marisol, de sus amigos y sobre todo de su público, lo hicieron firmar que él autorizaba el traslado, y que si se moría era su responsabilidad, una vez más, sin tener los huevos para imponerse y actuar racionalmente, no como un niño, como así ha reaccionado toda la vida. El asunto es que hoy por hoy lo tienen secuestrado, a su elección, pero está secuestrado, todos los que han intentado ir a verlo no han tenido éxito, a nadie se le abre la puerta, así la tiren, hace unos días Pati Chapoy fue a buscarlo, anduvieron en el coche durante dos horas y media después de haber pasado las de Caín, para conseguir su dirección en Miami, que cabe aclarar que ni siquiera es en Miami como tal, sino más bien cerca de Cabo Cañaveral, en el norte de la Florida. Llegaron y estuvieron tocando, Pati tocó el timbre durante varios minutos, el cofre de una de las camionetas que estaba estacionada en la casa venía caliente, por lo que quiere decir que alguien venía llegando, adentro además los delató el llanto de un bebé, el cual asumimos que era el hijo de Sarita, la hija de El príncipe, la casa es de ella, Sara mamá ya no vive con él, tienen ya un buen tiempo separados, nunca supimos por qué fue. Adentro se escuchaban toda clase de ruidos, voces, el llanto del niño y puertas que se cerraban, nadie abrió, entre los murmullos alcanzaba a oírse la voz entrecortada, carrasposa, débil, del otrora gran cantante. De repente, el sonido de un azotón de puerta marcó el silencio total. No puede dejar de venirme a la mente la posibilidad de un José José cautivo, encerrado y ajeno a cualquier tipo de decisión. Así como ha sido toda su vida. He dicho

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