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Por Juan R. Hernández
El 2026 no será un año cualquiera. Para México y para la presidenta Claudia Sheinbaum se perfila como un periodo decisivo, marcado por reacomodos políticos, presiones externas y decisiones que pueden definir el rumbo del país. Desde una mirada poco convencional —la astrología y el tarot—, la especialista Paty Murcia lanza un mensaje que, más allá de lo esotérico, conecta con una verdad política elemental: desearle el mal al país es cavar nuestra propia fosa.
Murcia sostiene que la presidenta enfrenta un año favorable. Hoy, dice la astróloga, los astros le abren un ciclo de expansión y oportunidades, justo cuando México estará bajo los reflectores internacionales por el Mundial. La lectura es clara: hay condiciones para avanzar, pero nada está garantizado sin unidad.
La oposición, en contraste, aparece en zona de riesgo. PRI y PAN siguen atrapados en su pasado, intentando reciclar liderazgos y discursos que ya no conectan con la ciudadanía. El tarot habla de alianzas, sí, pero también de un juicio histórico difícil de eludir. Movimiento Ciudadano, por su parte, parece entender mejor el momento: crecer sin confrontación frontal, apostar por acuerdos y mantenerse vigente.
En Morena, el panorama es mixto. Hay fortaleza en el liderazgo presidencial y un avance claro del poder femenino, pero también señales de ausencias simbólicas que podrían pesar en el ánimo interno. La consolidación dependerá de cómo se administre esa transición.
Más allá de cartas y planetas, el mensaje de fondo es político y social: 2026 exigirá cautela económica, adaptación tecnológica y responsabilidad colectiva. La unión no es un ritual, es una necesidad. Con o sin astros, el futuro de México no se adivina: se construye.
Desde esta trinchera, feliz Año Nuevo. Que 2026 nos encuentre con esperanza, trabajo y un país más unido.
