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Por Juan R. Hernández
La tragedia del descarrilamiento del Tren Interoceánico en Oaxaca, que dejó 13 personas fallecidas y decenas de lesionados, obliga a una pausa necesaria frente al ruido político. El dolor no admite oportunismos. En ese contexto, el pronunciamiento del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en la Ciudad de México apunta a una línea que hoy resulta indispensable: poner a las víctimas en el centro y permitir que la verdad se construya con investigaciones serias, no con especulaciones.
La solidaridad expresada con las familias afectadas no es un gesto menor. En momentos así, la cercanía humana y la atención integral son tan relevantes como las acciones institucionales. Lo subrayó el Gobierno de México y lo reiteró la jefa de Gobierno, Clara Brugada, al insistir en el acompañamiento a quienes atraviesan el duelo. Esa postura contrasta con la tentación de convertir la tragedia en munición política.
El respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo también tiene un mensaje claro: sensibilidad, responsabilidad y transparencia deben marcar la respuesta del Estado. La exigencia no es el silencio, sino la prudencia; no el encubrimiento, sino el esclarecimiento de los hechos con rigor. Morena CDMX apuesta por esa ruta: verdad y justicia por encima del escándalo.
En paralelo, mientras el país mira la emergencia, en la capital se discuten políticas de fondo que también salvan vidas. El diputado Pedro Haces Lago presentó una iniciativa para reformar la Ley de Salud de la Ciudad de México, con el objetivo de garantizar detección gratuita, universal y periódica del cáncer de mama, así como atención integral desde el diagnóstico hasta la rehabilitación.
“Que la detección deje de depender del bolsillo o de la suerte”, dijo el legislador, al recordar que la CDMX enfrenta una de las tasas más altas de mortalidad por esta causa. No es un dato menor. Tampoco lo es que, desde el trabajo territorial, se hayan realizado más de dos mil estudios en Tlalpan en un solo año.
La lección es clara: frente a la tragedia, responsabilidad; frente a la enfermedad, prevención convertida en derecho. Menos discurso y más Estado. Esa es la diferencia entre reaccionar y gobernar.