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Sigue Coacalco en la mira: OSFEM; vive el municipio una prueba decisiva: ordenar las finanzas o profundizar la crisis

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En su primer año de su segundo mandato, el alcalde Sánchez Isidoro enfrenta una elevada deuda, así como responder a demandas sociales en seguridad, servicios públicos e infraestructura

Mario López
GRUPO CANTÓN

El municipio de Coacalco, enfrenta en 2025 una situación compleja tras observaciones del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), arrastre de irregularidades financieras y una presión creciente sobre las finanzas municipales.

En este contexto, el alcalde David Sánchez Isidoro transita el primer año de su segundo periodo consecutivo de gobierno, con la responsabilidad política y administrativa de aclarar, corregir y transparentar el uso de los recursos públicos.

Especialistas indican que, durante este ejercicio, el OSFEM mantiene auditorías y revisiones activas sobre la cuenta pública municipal, principalmente por inconsistencias heredadas de ejercicios anteriores que siguen sin solventarse plenamente. Entre las observaciones que han marcado a Coacalco destacan pagos sin documentación comprobatoria, obras con deficiencias administrativas, adquisiciones cuestionadas y desorden en el manejo presupuestal, factores que han debilitado la confianza ciudadana.

Aunque algunas anomalías corresponden a periodos previos, el hecho de que David Sánchez Isidoro gobierne por segundo mandato consecutivo coloca el peso de la responsabilidad directamente en su administración. La continuidad en el poder implica no solo dar seguimiento a las observaciones del OSFEM, sino resolverlas de fondo, evitar su repetición y, en su caso, deslindar responsabilidades administrativas o penales.

A este panorama se suma una deuda municipal elevada, que limita la capacidad de inversión del ayuntamiento y condiciona la prestación de servicios básicos. El reto financiero se refleja en demandas ciudadanas persistentes en materia de seguridad, infraestructura urbana y servicios públicos, en un municipio densamente poblado y con alta presión social.

Cabe destacar que, en su discurso, el gobierno municipal ha insistido en acciones de modernización administrativa, obras de vialidad y fortalecimiento de la seguridad. Sin embargo, para amplios sectores de la población, el tema central sigue siendo la rendición de cuentas.

El primer año del segundo periodo de Sánchez Isidoro se convierte así en una prueba clave: o se avanza en la solventación de las observaciones del OSFEM y se ordenan las finanzas, o Coacalco corre el riesgo de profundizar una crisis administrativa que podría derivar en sanciones y mayor descontento social.

La fiscalización continúa y el margen de justificación política se reduce. En 2025, la responsabilidad del alcalde ya no es solo promesa de corrección, sino obligación directa de resultados.

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