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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
En la colonia Evolución del municipio de Naucalpan, fue detenido un presunto estafador que operaba haciéndose pasar por gestor federal para despojar de dinero a pequeños comerciantes. Lo hacía mediante engaños, simulando trámites oficiales y exigiendo pagos por adelantado.
Fue capturado tras ser denunciado por su última víctima en un taller mecánico, donde intentó escapar sin éxito. Ocurrió porque afirman vecinos el municipio ha abandonado la prevención del delito, permitiendo que estos fraudes proliferen sin control.
“Llegó muy seguro, con gafete, chaleco y papeles. Decía que traía apoyos de 15 mil pesos, pero pedía dinero primero. Eso ya lo habíamos visto antes”, relata Óscar Ramírez, dueño del taller donde sucedieron los hechos. Él no cayó. Lo enfrentó y llamó a la policía. “Aquí uno tiene que cuidarse solo. No hay campañas, no hay avisos, no hay presencia municipal. Nos dejan a merced de estos delincuentes”.
El modus operandi era siempre el mismo: Raymundo “N.” ofrecía supuestos beneficios económicos, mostraba tarjetas “oficiales” falsas y solicitaba entre mil y dos mil pesos para “activar el trámite”. En esta ocasión pidió mil 600 pesos, cantidad que fue encontrada en su poder tras la detención. “En esta cuadra ya es la tercera vez que intentan lo mismo este año. Avisamos, pero la autoridad siempre llega tarde. Nunca hay prevención”, denuncia Clara Sánchez, comerciante de la zona.
Vecinos coinciden en un reclamo: la administración municipal está ausente. “El edil presume seguridad, pero en las calles estamos solos. Nadie informa, nadie advierte y nadie impide que estos tipos operen libremente”, afirma Miguel Ángel Torres, representante del pequeño comercio local. La molestia no es solo por el delito, sino por la sensación de abandono. Dicen vivir en una ciudad donde el engaño circula con más libertad que la autoridad.
Mientras Raymundo “N.” fue puesto a disposición del Ministerio Público, la comunidad sabe que su captura no resuelve el problema de fondo. Si no hay vigilancia real, campañas permanentes y una estrategia municipal cercana a la gente, otro estafador ocupará su lugar. La detención fue un alivio momentáneo; el abandono, en cambio, sigue intacto.
