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Migración y fentanilo, ejes de tensión diplomática: Protagonizan Sheinbaum y Trump año de fricciones

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  • Responde presidenta con cautela y firmeza diplomática
  • Amenazas arancelarias fueron recurrentes
  • Rechaza criminalización de migrantes y defendió una estrategia basada en cooperación regional y atención a las causas

JUAN R. HERNÁNDEZ

Ciudad de México.- La relación entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, se convirtió en 2025 en uno de los ejes más delicados de la agenda bilateral. A lo largo del año, ambos mandatarios sostuvieron nueve llamadas telefónicas y un encuentro personal, en un contexto marcado por presiones constantes de Washington y una estrategia de contención diplomática desde Palacio Nacional.

Desde el arranque del año, Trump colocó sobre la mesa exigencias en migración, combate al fentanilo, cárteles de la droga, comercio, agua fronteriza y, de manera inesperada, incluso temas relacionados con el Mundial de Fútbol 2026. Cada llamada representó un nuevo capítulo de tensión, con amenazas explícitas —principalmente arancelarias— y advertencias sobre seguridad fronteriza.

En febrero y mayo, la migración dominó la conversación. Trump insistió en que México endureciera el control en la frontera sur y aceptara esquemas similares al “tercer país seguro”.

Sheinbaum rechazó la criminalización de los migrantes y defendió una estrategia basada en cooperación regional y atención a las causas, logrando aplazar medidas más severas. En ese marco, México reforzó el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera norte, sin aceptar imposiciones unilaterales.

ESPECIAL. Sheinbaum vs Trump, la batalla de comunicación más allá del  narcotráfico - Campaigns and Elections México

El tema del fentanilo y los cárteles, abordado en abril y julio, elevó el tono. Trump llegó a responsabilizar al gobierno mexicano del flujo de drogas y a insinuar la necesidad de acciones más drásticas. La presidenta respondió con cifras de decomisos, cooperación judicial y operativos internos, pero dejó claro que México no permitirá operaciones militares extranjeras en su territorio, marcando un límite a la presión estadounidense.

Las amenazas arancelarias fueron recurrentes. En febrero, mayo y julio, Trump amagó con imponer gravámenes de hasta 25 por ciento a productos mexicanos, argumentando fallas en migración y seguridad. La estrategia de Sheinbaum se centró en negociaciones técnicas y en el marco del T-MEC, lo que permitió aplazar la aplicación de sanciones y evitar impactos inmediatos a la economía.

En agosto, la disputa se trasladó al tema del agua. Estados Unidos presionó por mayores entregas en la frontera norte, pero la mandataria mexicana defendió los tratados internacionales y el equilibrio hídrico, rechazando concesiones fuera de lo pactado.

El año cerró con el primer encuentro personal entre ambos, durante el sorteo del Mundial de Fútbol 2026 en diciembre. Aunque el ambiente fue cordial, Trump intentó vincular apoyos logísticos a concesiones comerciales. Sheinbaum mantuvo la conversación en el terreno deportivo y evitó que el evento se convirtiera en un instrumento de presión política.

El balance de 2025 muestra una diplomacia defensiva y pragmática: firmeza en la soberanía, uso de datos para neutralizar exigencias, negociación comercial sin ruptura y separación de agendas sensibles. Frente a un interlocutor impredecible, la presidenta mexicana optó por contener la confrontación directa sin ceder en temas estratégicos.

Nueve llamadas bastaron para confirmar que la relación bilateral atraviesa un terreno frágil. Sin embargo, México logró sostener el diálogo y defender sus intereses, demostrando que, incluso ante un vecino poderoso y exigente, la diplomacia puede funcionar como un escudo eficaz.

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