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Por Eduardo Lopez Betancourt
Orgullo Azteca
En la actualidad esta de moda contar con dos nacionalidades; incluso hay quienes ostentan tres o más. Esta situación es plenamente válida desde el punto de vista jurídico. Es comprensible que muchos paisanos hayan obtenido la residencia y el pasaporte en el país vecino, aunque su afecto y arraigo sigan vinculados a México. Otro caso frecuente es la obtención del pasaporte español sin mayores complicaciones. Esta circunstancia resulta relativamente sencilla, pues muchos mexicanos cuentan con ascendencia hispana; el reto consiste únicamente en localizar el acta de nacimiento del antepasado correspondiente. Incluso, se ha abierto la posibilidad de adquirir la nacionalidad española por el solo hecho de ser judío sefardí, grupo que fue expulsado del reino español hace más de 600 años. La pregunta es directa: ¿qué se gana al poseer dos o más nacionalidades? Evidentemente, existen ventajas migratorias, pero también la posibilidad de evadir la aplicación de la ley, ya que un mexicano con pasaporte estadounidense o europeo difícilmente puede ser extraditado a México por una falta o delito cometido. En lo personal, me mantengo como mexicano, aunque reconozco que varios de mis hijos cuentan con doble nacionalidad y que uno de ellos incluso posee triple, o quizá hasta cuádruple. Sin ánimo de ofender, soy mexicano y me siento orgulloso de ello; no deseo ostentar ninguna otra nacionalidad. Por gratitud, el gobierno cubano me otorgó hace algunos años la nacionalidad de ese pueblo heroico. Agradecí el gesto, pero sigo siendo, como suelo decirme, “azteca hasta las cachas”. La nacionalidad, en esencia, es una sola. Nos vincula con una historia, con el amor profundo a una bandera y con un himno que, más allá de su sentido bélico, es un canto de extraordinaria belleza. Ser mexicano me enorgullece y me compromete. Al final, respeto a quienes optan por portar dos o más pasaportes; sin embargo, los equiparo con quienes presumen de tener dos o tres amores o incluso varias familias. Por ello pregunto: ¿de dónde te sientes?, ¿de dónde eres?, ¿por qué bandera lucharías? Entiendo que, al contar con múltiples nacionalidades, en el mejor de los casos, la persona puede volverse presuntuosa