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Por Salvador Guerrero Chiprés
En la economía digital de la navidad el engaño puede no ser una travesura pasajera y convertirse en estrategia criminal de alto impacto. Los montadeudas no buscan risa ni sorpresa. Y encuentran su mejor momento justo cuando la presión por cumplir con la cena, regalos y festejos de fin de año empuja a algunas personas a tomar decisiones financieras precipitadas. En esas condiciones prospera esa modalidad extorsiva que combina tecnología, abuso de datos personales y violencia psicológica. Mensajes, llamadas, fotos editadas y una campaña sistemática de intimidación para forzar pagos. La víctima pierde control sobre su identidad digital, y es entonces cuando la “inocente palomita” —presente cada 28 de diciembre como una broma momentánea— deja de ser figura folclórica y se transforma en una persona sometida al miedo. El Día de los Inocentes ofrece una metáfora precisa para entender este fenómeno. El engaño funciona porque apela a la confianza, por eso es clave decirlo con claridad: nadie regala dinero; cuando la oferta suena demasiado buena para ser verdad, casi siempre es una trampa. Para unas fiestas libres de tensiones, la prevención —una herramienta contra el delito impulsada por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada—es lo más eficaz. Antes de solicitar cualquier préstamo, es indispensable verificar el registro de la empresa ante la CONDUSEF, desconfiar de apps que piden acceso a información personal, activar la verificación en dos pasos en correos electrónicos y dispositivos, así como revisar en línea opiniones y alertas de otros usuarios. Denunciar corta la cadena de impunidad y permite activar mecanismos de protección. En la CDMX, la denuncia anónima está disponible en el 089 y la Línea Antiextorsión 55 5036 3301, con orientación especializada desde el C5. Una comunidad prevenida no será inocente palomita… de los montadeudas.
