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El colapso sobre el puente Miramar, en la comunidad de San José Río Hondo, obligó al cierre parcial y total de la circulación con dirección al Toreo, generando caos vial
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El martes, un socavón de grandes dimensiones obligó al cierre de una de las vialidades más transitadas del municipio de Naucalpan, luego de que parte del puente Miramar colapsara a causa de un hundimiento estructural.
El incidente se registró en días recientes, cuando el asfalto comenzó a ceder sobre el cauce de Río Hondo, en la comunidad de San José Río Hondo, debido al deterioro acumulado y a la falta de mantenimiento preventivo, situación que vecinos atribuyen directamente a la omisión del ayuntamiento.
De acuerdo con testimonios recabados por Diario Basta y Edomex Hoy, la circulación con dirección al Toreo quedó severamente afectada. Con el paso reducido a un solo carril y zonas completamente acordonadas, el tráfico se volvió caótico desde las primeras horas del día. “Esto no pasó de la noche a la mañana. Desde hace meses se veían grietas y hundimientos pequeños, pero nadie vino a revisar”, denunció Rosa María, vecina de la zona, quien asegura que el puente “tronaba” cada vez que pasaban camiones pesados.
El temor es constante entre quienes transitan por el lugar. “Ese hoyo no es cualquier cosa; ahí puede caer un coche o una combi llena de gente. La autoridad está rebasada, solo vino a poner cinta”, reclamó Alejandro, automovilista que quedó varado durante horas. Conductores del transporte público señalaron que el cierre ha alterado rutas completas y dejado a cientos de usuarios sin servicio regular.
Comerciantes de la zona también resienten las consecuencias. “La gente ya no pasa, el tráfico espanta a los clientes y nadie nos dice cuánto tiempo va a durar esto”, expresó Miguel, propietario de un negocio cercano al puente. Para ellos, el socavón es el resultado de años de abandono institucional y de reparaciones superficiales que nunca resolvieron el problema de fondo.
Aunque el gobierno municipal informó que realiza evaluaciones técnicas en coordinación con instancias federales, los habitantes desconfían. “Siempre es lo mismo: estudios, diagnósticos y nada de soluciones reales”, reprochó una vecina. Mientras tanto, el puente permanece dañado y la incertidumbre crece.
