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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El polvo de la discordia se levanta entre los municipios de Zumpango y Tequixquiac. La clausura de una mina, ordenada por el Ayuntamiento de Zumpango, encendió un conflicto que rápidamente escaló del ámbito administrativo al terreno social.
La administración municipal de Zumpango, encabezada por Roselia García Alquicira, justificó la medida como una acción necesaria para la defensa del medio ambiente. No obstante, para los trabajadores afectados, la decisión representa un acto de arbitrariedad que los dejó sin sustento de un día para otro.
“Nos quitaron el pan de la boca sin previo aviso, sin una explicación válida y sin respetar la ley. ¿Con qué derecho un municipio clausura una empresa que se encuentra en otro territorio?”, reclama Jorge Torres, uno de los mineros agremiados al SNTSTC, quien participó en el bloqueo de la carretera Zumpango–Cuautitlán como forma de protesta.
Los trabajadores aseguran que la empresa cuenta con permisos federales y estatales vigentes, por lo que consideran que la clausura se realizó sin el debido proceso. Advierten que esta acción sienta un precedente peligroso, al permitir que una autoridad municipal actúe fuera de su jurisdicción.
Por su parte, el gobierno de Zumpango reiteró, mediante comunicados oficiales, que la actividad minera genera daños severos al ecosistema del Santuario del Agua y la Laguna de Zumpango, con afectaciones viales, sociales y ambientales. Sin embargo, para las familias impactadas, estos argumentos no justifican la pérdida del empleo.
“Hablan de proteger la laguna, pero nadie protege a nuestras familias. También tenemos hijos que alimentar”, expresa Ana Rodríguez, esposa de uno de los trabajadores desempleados.
El conflicto ha rebasado lo laboral y lo ambiental para convertirse en un pulso político y territorial. Vecinos de la región observan con preocupación cómo la disputa entre ayuntamientos mantiene vialidades cerradas, afecta la economía local y deja en el aire preguntas clave sobre legalidad, empleo y responsabilidades de gobierno. Por ahora, el camino sigue bloqueado y, con él, cualquier certeza sobre una solución inmediata.
