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A pesar de avances legales, la mayoría de los edificios y servicios públicos carecen de rampas, elevadores y señalización adecuada
FERNANDO ORTIZ
GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.- La accesibilidad para personas con discapacidad en la Ciudad de México es un reto significativo, a pesar de avances legales y sociales impulsados en 2025.
Según cifras del Congreso de la Ciudad de México, en la capital menos del 20 % de los edificios públicos cuentan con las normas básicas de accesibilidad para personas con discapacidad. Esta situación limita la participación plena de miles de ciudadanas y ciudadanos en actividades sociales, políticas, culturales y económicas.
La falta de accesos adecuados, como rampas, elevadores o señalización adecuada, continúa siendo una barrera física que restringe la movilidad y autonomía de quienes tienen alguna discapacidad. Estas carencias se reflejan tanto en el transporte público como en espacios urbanos y edificaciones gubernamentales y privadas.
En respuesta, el Congreso capitalino propuso reservar el primer vagón del Metro para personas vulnerables, incluidas aquellas con discapacidad, adultas mayores, mujeres embarazadas o personas con un menor en brazos, aunque esta medida aún requiere evaluación para su implementación.
El mismo Congreso ha destacado que más de 750 mil personas en la CDMX viven con alguna discapacidad, limitación o condición psicosocial, lo que subraya la urgencia de políticas públicas que eliminen barreras en la infraestructura urbana, transporte y servicios públicos.
En paralelo, personas con discapacidad han denunciado la falta de accesibilidad incluso en eventos deportivos y culturales. En el Maratón de la Ciudad de México 2025, corredores en silla de ruedas señalaron la falta de condiciones adecuadas y de apoyo, lo que evidencia que las barreras persisten más allá de la infraestructura física y también impactan en la inclusión social en actividades comunitarias.
El llamado requiere una estrategia integral de accesibilidad y diseño universal que no solo cumpla con la letra de la ley, sino que transforme el espacio urbano de manera que todas las personas, con o sin discapacidad, puedan desplazarse y participar con autonomía y dignidad en la vida de la ciudad.
