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A más de un mes de la desaparición del joven, bikers de aplicaciones digitales han desplegado una estrategia comunitaria de búsqueda.
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
En el municipio de Cuautitlán Izcalli, la ausencia de Jeshua Cisneros Lechuga ha detonado una movilización ciudadana inusual y persistente. Desde hace días, repartidores de plataformas digitales recorren calles, colonias y vialidades con un objetivo común: encontrar al joven cuyo paradero continúa siendo un enigma.
La iniciativa surgió desde el propio gremio. Conductores y mensajeros, habituados a transitar durante horas por distintos puntos del Valle de México, decidieron convertir su trabajo cotidiano en una herramienta activa de búsqueda.
Colocaron carteles con el rostro de Jeshua en sus mochilas y cajas de reparto, transformándolas en anuncios móviles que circulan a toda hora por zonas comerciales, barrios populares y corredores industriales.
“Nosotros vemos cosas que otros no ven. Entramos a calles, damos vueltas y cruzamos colonias completas todos los días”, explica uno de los repartidores participantes. “Si no hacemos ruido nosotros, nadie lo va a hacer”.
La organización se sostiene mediante un grupo de WhatsApp que funciona como centro de coordinación. Ahí se comparten rutas, se asignan zonas específicas y se intercambia cualquier información que pudiera resultar relevante, incluso rumores o datos aparentemente menores. El objetivo es evitar recorridos duplicados y ampliar al máximo el alcance territorial.
De manera paralela, las redes sociales se han convertido en un altavoz permanente. Etiquetas cómo #NosFaltaJeshua y #HastaEncontrarte mantienen el caso visible y buscan evitar que la investigación se estanque, tanto ante la ciudadanía como frente a las autoridades.
Familiares del joven reconocen que la angustia crece con cada día que pasa, pero destacan que la solidaridad de los repartidores ha sido un sostén emocional clave. “Ellos no lo conocían y aun así se sumaron. Eso no se olvida”, compartió un allegado.
Mientras la incertidumbre persiste, la red de mochilas en movimiento continúa activa. Cada entrega, cada recorrido y cada semáforo se han convertido en una oportunidad para recordar que Jeshua falta y que su búsqueda no se detiene. En un contexto marcado por la desaparición y la espera, la comunidad decidió no quedarse inmóvil.
