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Por Juan R. Hernández
La Ciudad de México llegará a 2026 bajo los reflectores del mundo. El Mundial de Futbol no será sólo una fiesta deportiva: será un examen severo a su capacidad de organización, infraestructura y gobernanza. Recibir millones de visitantes implica mucho más que estadios llenos y ceremonias impecables. Significa garantizar movilidad eficiente, seguridad, abasto de agua, servicios urbanos y espacios públicos dignos en una metrópoli que ya opera al límite, presionada por la sobrepoblación y la desigualdad.
El riesgo es evidente: que el Mundial se quede en vitrina y mercadotecnia. La oportunidad, en cambio, es histórica. Si se planea bien, 2026 puede dejar legados duraderos en transporte público, ordenamiento territorial y sustentabilidad. Si se improvisa, el costo social lo pagarán los capitalinos mucho después del silbatazo final.
En ese contexto, vale la pena mirar propuestas que, aunque no nacen del futbol, sí apuntan a fortalecer la base económica de la ciudad. El diputado Pedro Haces, de Tlalpan, puso sobre la mesa una iniciativa que merece atención: implementar campañas permanentes, gratuitas y accesibles de asesoría jurídica, administrativa y fiscal para micro y pequeños negocios en la capital.
Al presentar la reforma a la Ley Orgánica de Alcaldías, el legislador explicó que la propuesta surge del contacto directo con la gente. “Nace de las calles, de quienes abren su negocio antes de que salga el sol y lo cierran hasta que se va el último cliente”, dijo. No es un dato menor: en la Ciudad de México, 93.5% de los establecimientos son microempresas. Son ellas las que dan vida a colonias, barrios y pueblos originarios.
Haces Lago describió con precisión el problema: trámites confusos, requisitos cambiantes y verificaciones que generan miedo. Un laberinto jurídico y fiscal que deja a miles de negocios en vulnerabilidad. Su propuesta plantea que las alcaldías tengan la obligación de ofrecer orientación directa, cursos breves y plataformas digitales con información clara.
Fortalecer a los pequeños negocios no es una concesión ni un gesto asistencial. Es una estrategia económica. Son ellos quienes generan la mayor parte del empleo y sostienen el consumo local. Si la ciudad quiere llegar fuerte a 2026, no puede hacerlo dejando solos a quienes, todos los días, mantienen viva su economía.
