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Salvador Guerrero Chiprés
Inicia la lucha con denuncias
El combate a la extorsión comienza cuando alguien se atreve a levantar el teléfono. La denuncia es el primer eslabón de una cadena institucional para romper con un delito extendido por toda América Latina.
Lo ocurrido ayer en la colonia Cuauhtémoc, de la alcaldía del mismo nombre, —un enfrentamiento con presuntos extorsionadores con saldo de seis detenidos y un policía herido— se inserta en esa lógica de atención al reporte de víctimas.
No fue un golpe aislado, sino la confirmación de la oportunidad de hacer visible el delito y combatir la impunidad.
El caso comenzó con una llamada telefónica al área de combate a la extorsión de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Trabajadores de una empresa de paquetería denunciaron amenazas directas. Vigilancia discreta, análisis de patrones, coordinación entre áreas llevaron al operativo.
Combatir la extorsión no es un trámite administrativo, es una confrontación directa e integral con estructuras criminales. Noción central de la estrategia presentada esta semana por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, para “construir un pacto metropolitano a favor de la paz y la seguridad”.
Hay un mensaje político de fondo. Apostar por la denuncia implica confiar en la ciudadanía, así como responder con eficacia, rapidez y resultados. El operativo en la Cuauhtémoc muestra una administración que entiende esa ecuación: la participación ciudadana se sostiene si produce efectos tangibles y si hay coordinación interinstitucional.
Este caso permite entender por qué líneas como 089 para la denuncia anónima, la antiextorsión 55 5036 3301 —ambas operadas desde el C5— o 55 5242 5034 de la SSC son puertas a un modelo de seguridad el cual reconoce que la víctima no puede enfrentar sola al delito.
No se pueden cantar victorias prematuras. La extorsión es un desafío complejo a combatir, como afirma Brugada, con decisión, inteligencia y coordinación.
