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Por Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
En 2008 Ricardo Salinas anunció con bombo y platillo que vendería en sus tiendas autos a precios de importación, económicos y con el eterno esquema “pague semanalmente hasta que se muera”. Eran los FAW en tres modelos y “más equipados que un Toyota” -decía la publicidad-, con un precio que iba desde los 69 mil pesos el modelo austero, un sueño en el que se embarcaron alrededor de 5 mil compradores que al final perdieron su inversión sin que, por supuesto al dueño de Elektra se le responsabilizara por el fraude.
Resultó que dichos autos no contaban con bolsas de aire, ni frenos ABS, pero sí contó, por supuesto con la bendición y el apoyo total de Felipe Calderón. La estafa duró un año y tuvieron que sacarlos del mercado por la mala calidad de los vehículos, nula seguridad, pésimo servicio en los pocos talleres que había y falta de refacciones.
Los defraudados nunca recuperaron su inversión y se quedaron con un vehículo inservible que no podían vender ni en partes.
Ahora, y tal como lo anunció a mediados de año, Salinas ha emprendido la competencia al doctor SIMI, y dentro de sus tiendas comenzó a abrir minúsculos “consultorios” y un paquete de “servicios” cuyos precios, ya con descuento, son más caros que el de SIMI; ofrecen servicios de laboratorio y un “seguro” que incluye un servicio de ambulancia al año “gratis”.
Llama la atención que el logo de lo que llaman Massalud recuerda al de los seguros GNP y el personaje que acompaña los servicios es llamado “Tía Sana”, que recuerda a la botarga del SIMI; muchos plagios juntos.
El “consultorio”, minúsculo y mal iluminado, apenas cuenta con un escritorio y dos sillas y afuera, un mostrador con pocos medicamentos básicos.
Al preguntar a los volanteros que aseguradora respaldaba los paquetes respondieron:
Elektra (sin comentarios). Si piensa competir, dudo que pueda ganarle el mercado a SIMI y mucho menos a IMSS BIENESTAR, esta última, con consultas gratuitas, medicamentos y servicios de laboratorio SIN COSTO. Definitivamente otro “negocio” que se le irá de las manos porque los mexicanos sabemos que, con la salud no se juega, sobre todo, teniendo opciones, como la del IMSS BIENESTAR, de mucha mejor calidad. Suena a otra estafa, pero esta vez no son autos, sino vidas.
