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Por Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
Hace unos días se realizó la tristemente acostumbrada “Marcha por los Desaparecidos” en Jalisco, los ríos de gente buscando a sus seres queridos, principalmente jóvenes, principalmente de 15 a 19 años, desmienten las cifras del gobierno local que, desde el gobierno de Alfaro continúan en la opacidad, como si Pablo Lemus fuera el encargado de tapar los desastres de su antecesor; según Lemus, las cifras van a la baja, pero medios locales y reporteros independientes han probado que existe un subregistro en los expedientes de los desaparecidos, así como de familias que retiran las fichas de búsqueda por amenazas del crimen organizado, si a esto sumamos que solo 21de cada 5 desaparecidos es incorporado al Registro Nacional que si lo sumáramos con números reales nos darían la escandalosa cifra que mostraría la verdadera magnitud de la llamada crisis de desaparecidos.
La estadística oficial muestra al Estado de México con 14,776; Jalisco con 14,021;
Tamaulipas con 13,585; Ciudad de México con 7386 y Michoacán con 7341.
Aún sin los subregistros mencionados, es claro que se intentará minimizar el problema, sobre todo en Jalisco que será una de las sedes del próximo Mundial de Futbol, ejemplo de ello son los 70 casos de reclutamiento declarados por la Vicefiscalía del estado, cuando las cifras reales apuntan a más de 150.
El 8 de diciembre pasado, se anunció la liberación de 40 jóvenes reclutados mediante un operativo instalado en la Central Camionera Nueva de Tlaquepaque (el menor, de apenas 13 años), apenas ayer se anunció que la Fiscalía Anticorrupción estatal había concluido la investigación sobre el Rancho Izaguirre, famoso centro de adiestramiento en Teuchitlán y que serán imputados al menos 12 servidores públicos pero que por “exceso de trabajo” los expedientes deberán hacer fila entre los casos rezagados. Así, entre expedientes rezagados, fichas bajo la alfombra y carencia de medidas efectivas para prevenir las desapariciones, miles de familias siguen a la espera de encontrar en algún momento a sus jóvenes vivos y no víctimas del crimen organizado. Alfaro salió del cargo sin dar solución a la crisis de desaparecidos, tampoco a la seguridad, corrupción y rezago forense, ahora Lemus sigue los mismos pasos y como a Alfaro, será muy difícil pedirle cuentas.