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Un delincuente condenado a 60 años por secuestro exprés burló todos los filtros de seguridad del Penal estatal y escapó sin dejar rastro, al momento solo hermetismo
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Este fin de semana se registró una fuga que dejó en ridículo a todo el aparato carcelario mexiquense. Dentro del Penal Tenancingo Sur, uno de los reclusorios catalogados como de mayor control en la región, un interno catalogado como de alta peligrosidad simplemente desapareció.
Al revisar la lista de internos, su ausencia encendió las alarmas: el hombre conocido en el bajo mundo como “El Malandro” ya no estaba en su celda ni en ninguna zona del penal. Su evasión abrió un boquete en la credibilidad del sistema penitenciario.
Desde el primer minuto, la Secretaría de Seguridad estatal se atrincheró en el silencio. Nadie explica cómo el reo, sentenciado a seis décadas de prisión por secuestro exprés, logró brincar cada filtro, cada puerta automática, cada torre de vigilancia. Versiones extraoficiales hablan de un “salto limpio”, un término de los custodios que describe una fuga planeada al detalle, ejecutada con precisión quirúrgica y, muy probablemente, con manos internas que facilitaron su camino hacia el exterior.
El sujeto había sido trasladado desde la Ciudad de México hace apenas unos meses, debido a su perfil agresivo y su historial delictivo. No era un reo común: era un operador violento, con experiencia en someter víctimas en cuestión de minutos para obtener rescates rápidos.
Con su escape, el riesgo para la población se multiplica. Su modus operandi lo vuelve impredecible y extremadamente peligroso en libertad.
A contrarreloj, el gobierno estatal ordenó un cerco en los municipios que rodean el penal. Circularon fotografías recientes del fugitivo entre policías municipales y agentes federales, activando retenes y revisiones a vehículos.
Pero mientras los uniformados intentan cerrar el paso, el miedo ya corrió más rápido entre los habitantes. “Es como soltar un lobo entre gallinas”, comenta don Hilario, vecino de la comunidad de Tepetzingo, quien asegura que nadie piensa dormir con las puertas abiertas esta noche.