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Por Eduardo López Betancourt
Tras una gira para inaugurar el Tren Interoceánico orientado al crecimiento del sureste, la Presidenta de México manifestó con visible satisfacción: “la gente está muy contenta”. Esa afirmación resulta digna de reconocimiento. Conviene recordar que la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo recorre distintas zonas del país, sobre todo los fines de semana, para po-ner en marcha numerosas obras públicas y constatar el ánimo favorable de la población.
La opinión de la figura central del ámbito nacional posee un peso significativo y transmite una apreciable dosis de objetividad. Su percepción sobre la alegría social confirma que, tras su amplio triunfo electoral, el partido gobernante puede sentirse complacido. Desde luego, también existen sectores críticos y, lejos de desestimarlos, deben ser atendidos. Las inconformidades tienen validez; sin embargo, a juicio de la mandataria, no alteran el clima general. La satisfacción que se aprecia en los ámbitos de decisión alimenta la idea del deber cumplido.
Según la visión oficial, la mayoría de la ciudadanía disfruta un espacio de paz y serenidad. Ese escenario proyecta a México como un referente internacional, donde la percepción de bienestar se vuelve un elemento atractivo.
En medio del optimismo que la Presidenta observó, es evidente que la concordia favorece mejores resultados en todos los rubros, especialmente en los terrenos económico y social. Ese ánimo colectivo constituye un motivo de orgullo para la mandataria, pues rara vez se reconoce que la sociedad alcance niveles tan altos de bienestar.
Desde la perspectiva institucional, Morena considera que ha honrado compromisos y objetivos, razón por la cual “la gente está muy contenta”.
Insistimos, no se debe desestimar la opinión ajena, así lo expreso recientemente el gran líder moral de México, como lo es el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien sin duda debe ser escuchado con mucha atención.
Es urgente en México encontrar la unidad, lograr la paz y mantener de manera unánime el mismo planteamiento presidencial, el de que la “gente está contenta”.