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Por Ana maría Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
Sin duda ha sido un acto muy valiente y de fuerza política el remover a Gertz Manero de la Fiscalía General, un hombre impuesto desde las cúpulas del poder (recordemos que la apuesta del expresidente López Obrador era Alejandro Encinas); recordemos que entonces no había mayoría calificada y la imposición de Gertz se hizo efectiva, y operó exactamente como se esperaba que lo hiciera, dilatando procesos, perdiendo otros y litigando por aquellos, sobre todo personales en los que tenía especial interés.
El “optar por inconvenientes” según se definía la política, nos salió caro, un retroceso de 7 años en procesos más importantes de procreación de justicia. Celoso y vengativo, no soportó que Santiago Nieto brillara y operó para su remoción, aprovechando la boda del funcionario.
Hoy, a raíz del escándalo de Raúl Rocha Cantú quien, de modo poco claro ha sido nombrado “testigo protegido” en el caso por el que se le acusa de tráfico de combustibles y armas, como poco claro también ha sido la “renuncia no renuncia” de Gertz a través de un documento ambiguo y poco claro (muy de él). Salida negociada que le permite quedar “limpio”, junto con Rocha Cantú, al que hasta hace un par de días, se anunció que se le congelaron las cuentas por parte de la UIF. Otro que ha salido al quite es Julio Scherer (que tampoco está limpio, ahí está el caso Aleática), mencionando la mancuerna corrupta entre Gertz y Olga Sánchez Cordero.
Ha salido a la luz que se han congelado archivos y procedimientos al interior de la fiscalía, una investigación dada a conocer por el periodista Arturo Hernández habla de los costos de los expedientes por los que se cobraban millones por obstaculizar, esconder, chantajear y vender información y carpetas de investigación, en sumas millonarias.
Queda en manos de Ernestina Godoy que el valiente acto de la presidenta se refleje en una exhaustiva limpieza de la institución y que caigan todos los que deban caer, incluyendo a Gertz y las estructuras a las que protegió y lo protegieron, desde legisladores, políticos, empresarios de cuello blanco y hasta capos del crimen organizado.
Esperamos resultados contundentes y rápidos ante la cantidad de rezagos y corrupción que aún tiene la Fiscalía; este golpe en la mesa era indispensable para acabar de cerrar los contubernios entre el crimen organizado y la procuración de justicia, aunque le confieso que nada me gustaría más que la justicia empezara por el ex fiscal.