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REDACCIÓN
Por casi un cuarto de siglo, María ha hecho del predio que heredó en Almoloya de Juárez el centro de su vida y el refugio de sus hijos. Sin embargo, el lugar que construyó con esfuerzo se ha convertido en escenario de una disputa amarga.
Desde hace trece años, relata, ha sido víctima de amenazas, insultos y agresiones físicas por parte de sus medio hermanos, quienes primero despojaron a su madre de la casa donde vivió toda su vida y ahora apuntan contra ella.
La mujer asegura que los conflictos se intensificaron cuando uno de sus agresores sustrajo el documento de compraventa que respaldaba legalmente la propiedad, dejándola prácticamente indefensa ante las exigencias de abandono.
“Nos quieren sacar a la fuerza. Han golpeado a mi hijo, humillado a mi mamá y me dicen que la casa es de ellos cuando no tienen ni un papel. Yo tengo recibos, tengo pagos al corriente. Aquí hemos vivido siempre”, expresa entre lágrimas.
El desamparo institucional agrava el temor de la familia. Aunque ha presentado denuncias, la investigación no ha avanzado y la mujer teme que el despojo se concrete sin que exista una revisión seria del caso. Vecinos que la conocen desde hace décadas respaldan su lucha.
“No es justo. Ella ha criado a sus hijos aquí, nunca ha causado problemas y ahora quieren arrebatarle todo. La autoridad no puede seguir ignorando esta situación”, reclama don Rubén, residente del barrio.
María reitera que no busca confrontar, sino proteger el único patrimonio que tiene. Asegura contar con comprobantes fiscales y pagos de servicios a su nombre, documentos que afirma confirman su posesión legítima del terreno. Sin embargo, teme que la violencia escale.
