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Por Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
Las redes estallaron ayer por la mañana cuando de pronto se recibió la notificación desde las redes del expresidente López Obrador, más de 4 mil personas seguimos la presentación virtual de su más reciente libro “Grandeza”. Elocuente como siempre, nos mantuvo durante una hora pendientes de sus palabras, hizo un breve repaso de los números (datos, no relatos) en los que dejó la presidencia, enfatizando la reducción de pobreza (49%) recorriendo con él la grandeza mexicana que hoy, más que nunca hay que defender. “Los Olmecas, dijo, estaban aquí mil años antes de que llegaran los españoles”.
El indispensable repaso de nuestra historia y de la depredación ocurrida en nuestro territorio por tres siglos nos debe llevar a una profunda reflexión de lo que somos y de lo que tenemos, porque nuestra grandeza ya era y estaba antes que en los libros de texto nos contaran otra historia, adornada con las palabras “encuentro”, “mezcla y se llamara “conquista” lo que fue saqueo, tal como ahora se llama legitimación del territorio ancestral a lo que es un abierto genocidio en tiempo real. Obrador menciona también a Aristóteles y lo que él llamó “ley natural”, que es la del esclavo y amo, como uno de los fundamentos para legitimar la esclavitud en nuestro país.
Desde su quinta en Palenque, rodeado de árboles tropicales y sonidos selváticos, nos recordó que los mayas fueron los primeros y más grandes muralistas a nivel mundial, al tiempo que mencionaba las palabras de Guillermo Shéridan: “El mejor indio es un indio muerto” o cuándo, dónde y porqué empezó la corrupción en nuestro territorio.
El libro número 21 de nuestro ex presidente nos recuerda que lo que fuimos sigue siendo nuestro y que la grandeza del mexicano radica en su sangre, la defensa de sus pueblos, costumbres y de las 290 lenguas que se hablan en nuestro territorio.
Grandeza, al que seguirá otro el próximo año, también de Editorial Planeta.
Al finalizar su transmisión, aclaró tres cosas importantes: Solo saldría de Palenque por tres razones. Primera: Si se atentara contra la democracia; Segunda: Para defender a la presidenta; Tercera: Para defender la soberanía, porque no somos colonia.
Grandeza, un libro que nos recuerda que, cuando Europa despertaba, nosotros ya estábamos aquí.