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Redacción
Hoy en día, nos comunicamos cada vez más por Internet: escribimos mensajes, enviamos notas de voz y dejamos comentarios en las redes sociales. Esto es muy cómodo, ya que para mantener una vida social activa ni siquiera hace falta salir de casa. Sin embargo, la comunicación digital tiene un problema fundamental. En las interacciones online, muchos olvidan que al otro lado de la pantalla hay una persona real con sus propias emociones y experiencias.
A veces escribimos un rápido «Vale» o incluso dejamos un mensaje sin responder, sin pensar que eso puede herir a alguien. Olvidamos que una palabra dura puede herir mucho más de lo que creemos. En la vida real, las cosas son diferentes: intentamos ser educados y discretos. Sin embargo, en Internet, muchos se olvidan no solo de la educación, sino también del respeto, ya que todo parece «irreal».
¿Qué ocurre al otro lado de la pantalla?
En la vida real, miramos a una persona, escuchamos la entonación de su voz y observamos los cambios en su comportamiento. Todo esto nos recuerda que estamos tratando con una persona real y que debemos tener en cuenta sus sentimientos. Sin embargo, en las conversaciones en línea, solo vemos letras en una pantalla y dejamos de percibir a la persona como un individuo.
Y esta es una de las razones por las que incluso las personas educadas y amables se sienten con derecho a decir cosas en línea que nunca dirían cara a cara. Las burlas, los comentarios duros y los comentarios inapropiados se han convertido en parte de la comunicación en línea. Además, la sensación de impunidad a menudo impulsa este tipo de comportamiento. Una persona entiende que no habrá repercusiones por el acoso en línea. Puede crear un perfil falso sin foto ni información personal y comportarse como desee sin temer las consecuencias.
Internet nos da libertad para actuar, y muchas personas aprovechan esta oportunidad con fines poco recomendables. En la vida real, es poco probable que gritemos a un transeúnte o ignoremos a un ser querido que nos está hablando. Sin embargo, en Internet, este tipo de comportamiento se ha normalizado.
Cómo mantener la humanidad en las conversaciones en línea
Si has notado un comportamiento destructivo en ti mismo, pero quieres cambiarlo, aquí tienes algunos consejos sencillos que pueden ayudarte:
No olvides que estás comunicándote con una persona real. Cada vez que envíes un mensaje o dejes un comentario, recuerda que al otro lado de la pantalla hay un individuo. Tus palabras pueden alegrar o entristecer a alguien, o incluso hacerle llorar.
Utiliza palabras para expresar tus emociones. Aunque los emojis son cómodos y te ahorran el trabajo de pensar qué escribir, intenta sustituirlos por palabras en tus conversaciones. Esto le demostrará a tu interlocutor que estás realmente interesado.
No te precipites al responder, especialmente en situaciones conflictivas. En Internet, a menudo reaccionamos de forma demasiado brusca y rápida. Si algo te ha molestado, es mejor que te tomes un momento para hacer una pausa y calmarte antes de responder. De esta manera, podrás evitar conflictos innecesarios.
Mantén la conversación. Puede que pienses que responder con «vale» o «+» es suficiente, pero tu interlocutor puede interpretar esas respuestas como una falta de interés. Unas pocas frases cortas pueden demostrar que la otra persona es importante para ti.
Sé educado. Frases sencillas como «gracias», «por favor» y «que tengas un buen día» hacen que la conversación sea mucho más cálida y crean un tono positivo para la interacción.
Y un consejo más: no te limites a enviar mensajes de texto. Hoy en día, hay muchas formas de dar vida a la comunicación en línea. Un mensaje de voz o una videollamada pueden hacer que la conversación sea más cálida y sincera.
Videochats: devolviendo las emociones a la comunicación online
Otra forma de mantener la humanidad mientras nos comunicamos en línea es mediante el uso de videochats. Estas plataformas nos ayudan a mantenernos conectados con la realidad. Aquí vemos a la persona en directo: cómo reacciona a lo que se dice, el tono de su voz y las emociones que surgen durante la conversación, etc. Esto nos ayuda automáticamente a tratarla como un individuo, en lugar de como un conjunto de palabras en una pantalla.
Al mismo tiempo, los videochats tienen muchas ventajas sobre otros formatos de comunicación en línea. En primer lugar, vemos a la persona tal y como es en la vida real. Mientras que en las redes sociales se pueden publicar fotos retocadas y redactar cuidadosamente las respuestas, en los videochats la comunicación se produce en tiempo real. No hay filtros ni máscaras, ni posibilidad de posponer la conversación. Por eso, la interacción resulta muy auténtica.
En segundo lugar, en los videochats no es necesario perder tiempo buscando un compañero de chat adecuado. Mientras que en las aplicaciones de citas podemos pasar horas revisando perfiles, en estas plataformas el sistema hace todo el trabajo por nosotros. Solo tienes que pulsar el botón «Empezar» y, en unos segundos, tu compañero de chat aparecerá en la pantalla. Si no te gusta la persona o la conversación no va bien, solo tienes que pulsar «Siguiente» y el sistema te conectará con otra persona.
Además, en los videochats aleatorios, puedes elegir con quién comunicarte. Por ejemplo, CooMeet.chat conecta solo a hombres con mujeres y viceversa. Así que, si te interesan las interacciones románticas, este videochat hot es perfecto para ti. Además, cada mujer no solo se registra, sino que también verifica su identidad. Esto significa que puedes estar seguro de que al otro lado de la pantalla hay una compañera de chat real, no un perfil falso o un bot.
Otra razón para utilizar los videochats es el menor riesgo de ser engañado. Hay muchos estafadores en Internet, y sus lugares favoritos son las aplicaciones de citas y las redes sociales. Se esconden detrás de las fotos y biografías falsas de otras personas, haciéndose pasar fácilmente por alguien más. Sin embargo, en los videochats las cosas son diferentes y es más difícil fingir. No obstante, siempre es importante tener presente la seguridad y no compartir información personal con personas desconocidas.
¿Seguir siendo humanos o convertirnos en robots?
Depende totalmente de nosotros cómo será la comunicación en línea: seca y formal o cálida y humana. La empatía es algo de lo que a menudo carece la generación moderna. Pero, afortunadamente, esto se puede cambiar. Después de todo, mantener la humanidad en línea no es tan difícil. La clave es recordar que al otro lado de la pantalla también hay un ser humano, no solo un perfil con una foto.