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REDACCIÓN
La tranquilidad de San Mateo Atenco volvió a romperse y quedar en entre dicho esto tras el descubrimiento de un sistema de videovigilancia ilegal que operaba sin control en distintas colonias del municipio.
Personal de la Secretaría de Seguridad estatal desmontó al menos diez cámaras colocadas de manera clandestina en postes de alumbrado y puntos estratégicos que, según los vecinos, llevaban meses funcionando sin explicación alguna.
Los dispositivos fueron detectados en zonas de alto tránsito como los barrios La Concepción, Guadalupe y San Lucas, así como en el fraccionamiento Santa Elena y las colonias Reforma y Álvaro Obregón.
La ubicación no fue casual: cada equipo apuntaba hacia accesos, avenidas o zonas residenciales, lo que incrementó la sospecha de que estas cámaras pudieron servir para vigilar movimientos ciudadanos o facilitar actividades criminales.
Para muchos habitantes, el hallazgo confirma lo que venían denunciando sin éxito: un clima de violencia creciente que la administración municipal ha intentado maquillar. “Esto ya lo habíamos advertido. Las calles no son seguras y en el Ayuntamiento insisten en decir que todo está bien”, reprochó Miguel Ángel Torres, vecino de La Concepción.
A su testimonio se sumó Laura Mendiola, del barrio Guadalupe: “La alcaldesa Muñiz Neyra presume control y resultados, pero hoy queda claro que ni siquiera sabía —o no quiso ver— que había cámaras espías en nuestras propias colonias”.
Los equipos retirados no contaban con número de serie, permisos o documentación que acreditara su procedencia. Fueron asegurados como parte de la investigación que busca determinar quién los colocó, con qué recursos y con qué propósito operaban en zonas públicas sin autorización.
