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Reactivan protestas por escasez de agua: Exigen al Ayuntamiento información clara y apoyo inmediato con pipas

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Habitantes de la segunda sección de Ocho Cedros bloquearon por varias horas la Calzada al Pacífico para denunciar veinte días sin una sola del vital líquido

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

El hartazgo convirtió la Calzada al Pacífico, al sur de Toluca, en un punto de resistencia. Decenas de vecinas y vecinos de Ocho Cedros, segunda sección, interrumpieron el tránsito después de casi tres semanas sin servicio de agua.

La medida, explicaron, no fue impulsiva sino la última alternativa tras múltiples reportes ignorados por el Organismo de Agua y Saneamiento de Toluca. “Ya no es una molestia, es supervivencia. Pagamos como todos, pero aquí no cae ni una gota”, expresó Javier Ortega, señalando que ni siquiera han recibido una pipa oficial en veinte días.

A medida que avanzaba la protesta, más familias se sumaron con cubetas y garrafones vacíos. La falta de agua ha desordenado la vida diaria: desde la higiene básica hasta la preparación de alimentos.

La incertidumbre se agravó cuando surgieron versiones contradictorias sobre la supuesta falla en la bomba del pozo que abastece la zona. Nadie desde el Ayuntamiento había confirmado si existía una reparación en curso ni cuándo podría restablecerse el servicio.

La comunidad percibe este episodio como un síntoma de una crisis mayor. Investigaciones recientes revelan que el caudal destinado a Toluca cayó más del 60 % en menos de un lustro, reduciéndose de 658 litros por segundo en 2021 a solo 260 l/s en 2024.

Esta reducción, sumada a una red envejecida y plagada de fugas, mantiene en jaque a diversas colonias del sur y poniente de la capital mexiquense.

Ocho Cedros no está sola. Barrios como Villa Hogar y Seminario también han reportado periodos de más de veinte días sin suministro.

Las pipas, cuando llegan, no alcanzan para todos; en otros casos, el servicio privado duplicó sus costos tras los operativos estatales para frenar el robo de agua, golpeando aún más a las familias con menos recursos.

La molestia también crece por la falta de información oficial. Pedro, otro vecino afectado, estimó que más de 300 viviendas de la segunda sección están completamente secas.

Recordó que el pozo de la zona fue rehabilitado hace más de veinte años y que, aunque se realizaron trabajos recientes, ningún funcionario ha explicado por qué la falla se ha prolongado tanto.

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