Visitas
El gobierno de Daniel Serrano Palacios se hunde entre calles destruidas, fugas de agua y servicios colapsados. Más del 90 % de la red vial presenta daños graves
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
A pesar de los anuncios oficiales del edil Daniel Serrano Palacios sobre programas de rehabilitación, el deterioro de la infraestructura vial y urbana continúa siendo el principal problema sin resolver en Cuautitlán Izcalli.
En este 2025, la mayoría de las colonias del municipio siguen padeciendo calles intransitables, baches profundos, avenidas inundadas y carencias de servicios básicos como el agua potable.
De acuerdo con reportes ciudadanos y medios locales, cerca del 90 por ciento de la red vial presenta algún tipo de daño, producto de años de abandono y del constante tránsito de vehículos de carga que circulan hacia las zonas industriales y de bodegas.
En colonias como San José Buenavista, los vecinos denuncian que llevan más de 15 años sin acceso regular al agua, a pesar de haber reunido recursos para la instalación de infraestructura hidráulica que nunca se concluyó.
Durante la temporada de lluvias, avenidas como Primero de Mayo, Constitución y La Quebrada se transforman en un riesgo para automovilistas y peatones por la acumulación de agua y el mal estado del drenaje. A ello se suma el deficiente alumbrado público y las banquetas invadidas por puestos o vehículos, lo que incrementa la inseguridad y los accidentes.
Aunque la actual administración municipal reconoció el deterioro urbano desde el inicio del trienio e inició trabajos de bacheo y mantenimiento, las acciones resultan insuficientes ante la magnitud del problema. Vecinos y transportistas aseguran que los avances son mínimos y que los trabajos de reparación se limitan a zonas visibles o de alto tránsito.
El rezago urbano, la falta de planeación y el desgaste de la infraestructura básica han convertido a Cuautitlán Izcalli en uno de los municipios más afectados del Valle de México. La población enfrenta a diario las consecuencias de años de desatención, y crece la exigencia de “soluciones de fondo” tras un año de gobierno de la actual administración.
