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Por Ana María Vázquez
Dramaturga/Escritora
@Anamariavazquez
Fue el primero en llamar a un levantamiento, desde su concesión televisiva, el primero en usar un crimen para convertirlo en un show mediático, privilegiando el rating que entonces llegó, al nivel del Super Bowl, programas especulativos, amarillos y rojos que explotaron el asesinato de Stanley y que sin duda le dejó muchísimo dinero, la presión mediática provocó impunidad e injusticia, ya que hizo que el asesinato no se investigara a fondo y que, en principio se mostraran como culpables a los que, luego fueron exculpados; impunidad que poco le importó al dueño de la televisora del Ajusco, porque sus bolsillos quedaron repletos, ese fue el primer golpe sin ética de los muchos que caracterizan al pseudo empresario.
Hoy, con el asesinato de Manzo en Michoacán quiere replicar esa táctica con un añadido, la presión que tiene por parte del SAT para cubrir sus obligaciónes fiscales (de muchos millones), y que, en su cumpleaños declaró que pagaría en 10 días (han pasado muchos más), lo del Presidente Municipal de Michoacán le dio la excusa perfecta, un camino que ya se sabe, la explotación de la nota aunado a su “pre-candidatura”, que ve como tabla de salvación para no pagar y a la vez salvar a sus empresas del embargo que se prevé, luego de la decisión de la Corte que se espera favorable a la nación. Enfundado en un sombrero, como el del edil asesinado, se ha declarado “del pueblo” y ha dicho una de sus mayores aberraciones: “yo nací pobre” y que es “producto del esfuerzo”; de nuevo miente, la fortuna familiar puede rastrearse desde el 180; una nota del periódico español El Independiente dice: cuando Salinas Pliego nació, ya era millonario.
Una de muchas tradiciones familiares que persisten en él es la de dilapidar su fortuna y extorsionar a funcionarios, gobernadores y hasta presidentes con tal de mantener su riqueza, sucedió con el “Chiquihuitazo” y ahora quiere hacerlo con la presidenta llamándose perseguido político.
Sin pudor, ha azuzado a la población, llamado a armarse, a levantamientos, ha despojado a otros de tierras y aguas, un delincuente con todas sus letras al que solo le importa la explotación y el dinero. Hundido, ahogado en deudas solo le queda que su discurso permee más allá de los medios a los que paga. Dudo que haya gente tan ingenua que crea la sarta de mentiras de alguien que siempre fue un vividor además de pésimo empresario.
