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- Invitan a participar en la segunda carrera “Raíces de Juego”
- Emblemáticas figuras rompieron la sobriedad de La Mañanera
- “Simón Levy fue quien inventó su propia aprehensión”, expuso
JUAN R. HERNÁNDEZ
GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.- En la antesala de las festividades de Día de Muertos, el Salón Tesorería de Palacio Nacional amaneció distinto este 31 de octubre. Tres catrinas, elegantes y silenciosas, se robaron las miradas de reporteros, funcionarios y hasta de la propia presidenta Claudia Sheinbaum.
La primera, con un vestido negro y rojo, lucía un sombrero adornado con flores escarlata; las otras dos vestían de negro, con bordados de flores, reboso, abanico y tocado de cempasúchil que desprendía un aroma tenue pero inconfundible.
Antes de iniciar la conferencia, la mandataria y sus invitadas no perdieron la oportunidad de tomarse una foto con ellas, en un gesto de respeto y celebración a la tradición mexicana que honra a los que se han ido. Fue un instante breve, pero de color y simbolismo, que rompió la sobriedad de la rutina matutina.
Ya en tono institucional, Sheinbaum dio paso a la intervención de Mirna Beatriz de la Cruz Álvarez, atleta y líder del proyecto México Imparable, quien invitó a participar en el segundo capítulo de la carrera “Raíces de Juego”, a realizarse el 7 de diciembre en la Ciudad de México, con una ruta de 21 kilómetros que iniciará y concluirá en el Zócalo capitalino. Se espera la participación de 10 mil corredores y el registro será en mexicoimparable.com.
La Presidenta aprovechó para anunciar que, junto con Mirna y la ultramaratonista rarámuri Lorena Ramírez, se crearán los “Centros de Alto Rendimiento Comunitario México Imparable” en distintos estados del país, como parte del impulso a las y los jóvenes deportistas.
Entre decreto y declaraciones, Sheinbaum también aclaró que “Simón Levy fue quien inventó” su propia aprehensión, y que su gobierno “no miente ni inventa historias”. Entre risas, zanjó el tema al recordar que “hasta se grabó en un restaurante de Portugal”.
Y así, entre política, deporte y humor, la conferencia cerró envuelta en el color de las flores de cempasúchil. Las tres catrinas permanecieron ahí, inmóviles, recordando que en México la muerte no asusta: se celebra, se viste de gala y se sienta —aunque sea por un día— en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.


