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La falta de vigilancia y la lenta reacción de las corporaciones policiales han convertido las vialidades mexiquenses en terreno fértil para estas bandas delictivas
Diego Raya
GRUPO CANTÓN
En los municipios del Estado de México, los llamados “montachoques” se encuentran a la orden del día, pues su presencia es reportada con frecuencia en las principales vialidades de la entidad. Además, los automovilistas han adoptado el hábito de grabar las placas de los presuntos responsables de provocar accidentes entre autos.
Los mexiquenses han tenido que desarrollar múltiples estrategias para intentar disminuir los problemas que surgen con los montachoques, entre ellas, crear grupos en plataformas virtuales para avisar y denunciar la presencia de vehículos sospechosos. En algunos casos, los automóviles usados por estos extorsionadores han sido reportados por más de un conductor.
Por ejemplo, en San Juan de Aragón y Ciudad Nezahualcóyotl, automovilistas denunciaron la existencia de dos vehículos emplacados en el Estado de México, presuntamente utilizados para provocar accidentes y exigir dinero. Incluso, uno de estos coches porta la identidad visual de una conocida aseguradora.
El modus operandi de los montachoques es tan diverso como los casos que se reportan casi a diario. En un principio, los testimonios coincidían en que un vehículo circulaba a gran velocidad y se frenaba bruscamente para provocar un golpe trasero; sin embargo, se han documentado nuevas variantes, donde los extorsionadores actúan en pareja y acorralan a la víctima para forzar el impacto.
Aunque recientemente, el Congreso local aprobó tipificar esta actividad como delito de extorsión, con penas de hasta 24 años de prisión por provocar accidentes viales para obtener dinero, sigue siendo difícil que los montachoques sean detenidos por las autoridades policiales.
En días pasados, la Legislatura estatal aprobó formalmente la tipificación del delito de “montachoques”, con sanciones de hasta 24 años de cárcel y 300 días de multa. La medida busca proteger a más de seis millones de conductores en 60 municipios mexiquenses.
