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Vecinos y amigos de Lorena Samara Guerrero, mujer con discapacidad, reclaman a la Fiscalía mexiquense esclarecer su fallecimiento señalan un cruel asesinato
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
En el municipio de Chalco, el desconcierto se transformó en furia en la comunidad de San Pablo Atlazalpan, donde la muerte de Lorena Samara Guerrero Benítez ha dejado más preguntas que respuestas.
La mujer, de 32 años y con discapacidad, falleció bajo circunstancias que sus familiares califican de sospechosas, señalando posibles actos de violencia y una atención institucional deficiente.
El deceso fue reportado en el Hospital General Regional 71 del IMSS, pero su origen apunta a episodios ocurridos antes de su ingreso. Según testimonios de allegados, Lorena habría pasado sus últimas horas en la vivienda de su expareja.
Al recibir el cuerpo, la familia detectó hematomas visibles y marcas de golpes, lo que desató la exigencia inmediata de una investigación por feminicidio.
“Es evidente que hubo violencia, no fue una muerte natural. Lorena era una joven indefensa, no podía defenderse sola. Queremos justicia y no que la Fiscalía lo oculte”, expresó con indignación doña Carmen, vecina del barrio.
Otros residentes se sumaron al reclamo, lamentando que las autoridades minimicen el caso. “No vamos a permitir que se archive ni que digan que fue casualidad. Aquí todos vimos los moretones”, agregó otro poblador.
El caso adquirió tintes aún más trágicos cuando una disputa legal entre las familias materna y paterna retrasó la entrega del cuerpo y la realización de la necropsia. Durante horas, el cuerpo de Lorena permaneció bajo custodia judicial, hasta que la intervención de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, permitió que su madre recuperara el derecho de velarla.
La madre, visiblemente afectada, acusó omisiones por parte del personal médico y ministerial. “Mi hija no murió sola; murió porque nadie la cuidó. Tenía derecho a protección y a una investigación digna”, declaró.
Vecinos acompañaron a la familia en el velorio, encendiendo veladoras frente a su casa como acto simbólico de protesta.}
