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El ayuntamiento de Toluca encabezado por Ricardo Moreno de Morena, ha gastado 59 millones de pesos en la Feria, equivalente a 2 millones diarios durante un mes.
Diego Raya
GRUPO CANTÓN
La Feria del Alfeñique, celebrada en el municipio de Toluca, representa una tradición casi centenaria; sin embargo, también resulta costosa para el erario público, sobre todo cuando los gobiernos abandonan su vocación de identidad cultural y buscan los reflectores.
El actual presidente municipal, el morenista Ricardo Moreno, destinó un recurso de 59 millones de pesos para su celebración, por lo que cada día el gasto equivale a 2 millones de pesos entre conciertos, artistas y decoración.
El gasto de casi 2 millones de pesos diarios (si se considera que la festividad se realiza del primero de octubre al tres de noviembre) se destinó, entre otras cosas, a la contratación de artistas de distintos géneros musicales, como Molotov, Liran Roll, Plastilina Mosh y Gloria Trevi, quien se presentó el fin de semana pasado.
Posteriormente, también se implementaron medidas de seguridad: el municipio de Toluca instaló un sistema de vigilancia montado en una torre con capacidad de detección facial mediante cámaras, además de una oficina móvil, drones y presencia constante de elementos municipales a pie.
Aunque durante la planeación del evento se anunció que esta edición de la Feria del Alfeñique priorizaría la cultura, el arte y la transparencia, no se proporcionó información sobre la derrama económica esperada para los comercios y servicios locales.
Algunos visitantes y habitantes del centro de Toluca, denunciaron los altos precios registrados en alimentos, con sobrecostos en la venta de productos como elotes, galletas y dulces, así como la saturación de turistas durante los fines de semana, lo que genera una experiencia menos agradable para los asistentes.
Vecinos y comerciantes del centro histórico expresaron su inconformidad por lo que consideran un derroche disfrazado de tradición. “La feria ya no es lo que era, ahora parece un concierto ambulante pagado con nuestros impuestos”, lamentó la señora Rosario Díaz, comerciante de dulces típicos.
