202 lecturas
Por Ana María Vázquez
Mientras escribo esta columna, escucho el informe de salud de la Mañanera, y no está usted para saberlo pero como escritora no cuento con seguro médico, y a medida que vamos llegando a la tercera edad nos encontramos con “achaques” y nos vamos haciendo clientes de pequeños consultorios. Una de las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador se centró en el sistema de salud; en manos de coyotes y la iniciativa privada, vimos desaparecer los medicamentos y la atención se burocratizó, te llenaban de “vales” que no podías surtir.
El COVID puso al descubierto que había bardas en lugar de hospitales, estructuras sin terminar y en franco deterioro, el tráfico de medicamentos era feroz y la compra del gobierno de un simple paracetamol costaba al gobierno un 2000 o 3000% más. Un robo a la nación y un crimen a los ciudadanos. Retomo mi anécdota: Un “achaque” reiterado me hizo recorrer varios consultorios hasta que asistí al IMSS-BIENESTAR, fui muy temprano y sin esperanza, esperaba encontrar un mundo de gente, caras largas y malos tratos, la clásica atención que tuve cuando fui asegurada. Sorprendentemente me encontré con lo contrario, instalaciones limpias, muy poca gente, atención humana, empatía y servicio integral. Un primer filtro fue para toma de signos, peso e inicio de historia clínica, 10 minutos después, ya estaba en el consultorio, modesto pero con lo necesario.
Una joven doctora acompañada de la enfermera que se tomaron más de 45 minutos para el interrogatorio de mi padecimiento y completar la historia clínica. Salí de ahí sorprendida, con varias recetas y medicamentos que surtí en el mismo lugar, más la orden de estudios completos, un check up que agendé en el mismo lugar sin pagar un centavo.
Al salir me recordaron que en caso de urgencia no dudara en acudir al servicio en cualquier hospital y la importancia de mi cartilla de vacunación y la aplicación gratuita de las dosis que necesitara; por si fuera poco, me indicaron que contaban con varios servicios adicionales, gratuitos y a mi disposición. El Segundo Piso está consolidando los servicios de salud, no como Dinamarca en sus lujos pero SÍ, COMO EN DINAMARCA por la calidad y la gratuidad. El servicio me fue otorgado en la CST-III Ampliación Hidalgo CDMX, por si alguien duda de lo que aquí refiero.
