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Entre lágrimas y esperanza, Jacqueline González, madre de la joven, exigió justicia y la aparición con vida de su hija durante la audiencia contra los señalados.
REDACCIÓN
Con voz firme, pero visiblemente afectada, Jacqueline González se presentó este jueves ante los tribunales mexiquenses para exigir justicia y la aparición con vida de su hija, Kimberly Hilary Moya, de 17 años, desaparecida el pasado 2 de octubre en la colonia San Rafael Chamapa.
“No quiero venganza, solo verdad y respuestas. Mi hija no se fue por voluntad propia; alguien la arrebató de nuestra vida”, expresó la madre al inicio de la audiencia judicial.
La joven, estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan, fue vista por última vez cuando salía de su domicilio rumbo a clases. Desde entonces, familiares, amigos y colectivos feministas han mantenido jornadas de búsqueda y manifestaciones frente a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), acusando lentitud y omisiones en las investigaciones.
Durante la audiencia, el Ministerio Público imputó a Gabriel Rafael “N”, de 57 años, y Paulo Alberto “N”, de 36, por el delito de desaparición cometida por particulares. De acuerdo con las indagatorias, ambos sujetos habrían interceptado a la adolescente para subirla por la fuerza a un automóvil Volkswagen color gris. Sin embargo, pese a su detención, el paradero de Kimberly sigue siendo un misterio.
Vecinos de San Rafael Chamapa en Naucalpan expresaron su indignación y temor. “Es inaceptable que una joven desaparezca a plena luz del día y nadie haga nada. La autoridad siempre reacciona cuando ya hay presión mediática, no antes. Aquí la gente vive con miedo”, denunció doña Carmen López, residente del sector.
La comunidad escolar del CCH también ha mostrado su respaldo a la familia, demandando protocolos más eficaces de búsqueda inmediata. “Cada día sin respuestas es una tortura. No queremos que este caso se archive ni se convierta en otra cifra más”, señaló una compañera de la estudiante durante una vigilia realizada frente al plantel.
La madre de Kimberly insistió en que seguirá buscando hasta encontrarla. “Mientras no haya un cuerpo, mi hija está viva. No voy a rendirme”, dijo con la fotografía de la joven entre las manos. Colectivos feministas y defensores de derechos humanos convocaron a nuevas movilizaciones para exigir que la Fiscalía actúe con celeridad y que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
