Visitas
• Cuatro sexenios de opacidad en medio de los desastres
• Contratos inflados, empresas fantasma y obras sin evidencia
• Denuncia Claudia que dicho fondo benefició “a unos cuantos”
Juan R. Hernández
Ciudad de México.- Creado en 1996 bajo el gobierno de Ernesto Zedillo, el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) prometía atención inmediata ante huracanes, sismos e inundaciones. Pero entre 1996 y 2018, acumuló más de 20 mil millones de pesos observados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por corrupción, negligencia y uso político.
Durante el sexenio de Ernesto Zedillo, los huracanes Paulina y Mitch dejaron más de 200 muertos. La ASF detectó irregularidades por mil 200 millones de pesos, incluyendo desvíos vinculados a Óscar Espinosa Villarreal.
Con Vicente Fox, tras Isidore y Stan, se documentaron contratos inflados y obras inconclusas por más de 2 mil 600 millones y se mencionó contratos millonarios post-desastre a empresas vinculadas presuntamente a los hijos de Marta Sahagún.
Felipe Calderón enfrentó las lluvias de Alex y Karl. La ASF reportó anomalías por 6 mil 300 millones: sobreprecios, empresas fantasma y duplicidad de pagos. Bajo el sexenio de Enrique Peña Nieto, el huracán Manuel y los sismos del 2017 marcaron el punto más crítico: más de 10 mil millones en irregularidades, obras sin evidencia y triangulación de recursos.
Recursos sin burocracia
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum informó que el gobierno cuenta con 19 mil millones de pesos para atender emergencias este año, de los cuales ya se han utilizado cerca de tres mil millones.
En su exposición, la mandataria calificó al extinto FONDEN como sinónimo de “corrupción” y burocracia excesiva. Relató que “el director del Fonden, divirtiéndose en Las Vegas” durante una tragedia, y propuso revisar sus irregularidades una vez pasada la emergencia.
Contrastó el nuevo esquema, que permite apoyos “de manera expedita y transparente”, como ocurrió en la reciente inundación en el Estado de México.
“Fonden igual a corrupción”, sentenció, acusando a sus defensores de tener “nostalgia terrible” por un recurso manejado “para beneficios de unos cuantos”. Aseguró que no se requieren fondos internacionales, gracias a la solidaridad empresarial y del pueblo mexicano.
