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El fenómeno climatológico provocó la evacuación de varias familias y daños graves en viviendas. Vecinos acusan al ayuntamiento de actuar solo después del desastre
REDACCIÓN
Este fin de semana, el Cerro Huitepec en el municipio de Ozumba, se vino abajo, las lluvias intensas y la falta de obras de contención, provocaron un deslave que arrastró lodo, piedras y escombros sobre un conjunto de viviendas en la zona alta de Ozumba.
En cuestión de minutos, el suelo cedió, dejando a su paso muros fracturados, techos desplomados y calles cubiertas de fango. Al menos diez personas tuvieron que ser desalojadas de emergencia y una vivienda quedó inhabitable.
El siniestro reavivó el enojo de los pobladores, quienes aseguran que el colapso era previsible. “Nos cansamos de avisarles. Hace meses denunciamos las grietas y los desprendimientos de tierra, pero nadie hizo caso. Siempre prometen que vendrán a revisar y nunca lo hacen”, relató Don Jesús, uno de los vecinos evacuados, mientras observaba los restos de su casa al borde del cerro.

Para los afectados, el operativo de Protección Civil llegó demasiado tarde. “Ahora andan con cascos y chalecos revisando los daños, pero no sirven de nada después del derrumbe. No queremos que vengan a tomarse fotos, queremos que prevengan antes de que pasen estas cosas”, dijo la señora Laura, quien perdió parte de su vivienda y asegura que las lluvias recientes ya habían mostrado el riesgo inminente.
El DIF municipal habilitó un refugio temporal para las familias desplazadas, mientras que personal estatal realiza recorridos de evaluación. Sin embargo, entre los vecinos persiste la sensación de abandono. Denuncian que no existen planes de mitigación de riesgos y que cada temporada de lluvias viven con miedo a que otra parte del cerro colapse.
Especialistas locales habían advertido desde años atrás, sobre la erosión del Huitepec, pero la respuesta institucional se limitó a monitoreos esporádicos, sin acciones estructurales. Hoy, el deslave evidencia una vez más la falta de planeación y prevención en zonas catalogadas como de alto riesgo.
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