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• No hay una investigación en contra de Rocío Nahle
• Reitera que su administración no encubre a nadie
• Destaca el acuerdo con EU para combatir el tráfico de armas
Juan R. Hernández
Ciudad de México.- En un tono firme, pero sin perder la calma, la presidenta Claudia Sheinbaum despejó esta mañana las versiones de presuntas filtraciones contra el senador Adán Augusto López. Desde Palacio Nacional rechazó tajante que exista “fuego amigo” desde su administración: “¿Qué clase de gobernantes seríamos si estamos con insidias hacia unos u otros?”.
Cuestionada sobre las acusaciones al exsecretario de Gobernación por presuntos ingresos millonarios, la mandataria dejó claro que su gobierno no encubre, pero tampoco fabrica culpables. “Nosotros no andamos filtrando documentos, eso se acabó desde la administración anterior. Aquí no cubrimos a nadie, menos vamos a estar con insidias”, advirtió.
Con la bandera de la transparencia como escudo, subrayó que, de existir pruebas, se turnan a la Secretaría Anticorrupción o a la Fiscalía General de la República, como en el caso de marinos señalados por contrabando de combustible. “Si hay pruebas, nosotros mismos presentamos la denuncia; si no, no”, insistió, al tiempo que recordó que Adán Augusto ya respondió públicamente a las acusaciones transmitidas en televisión.
No se quedó ahí. Sheinbaum también defendió la trayectoria de Rocío Nahle, actual gobernadora de Veracruz, y despejó rumores: “Por ningún motivo está bajo investigación”. Reconoció que durante su paso por la Secretaría de Energía cerró la llave a los permisos indiscriminados de importación de combustibles heredados de la reforma energética de 2013. “Si es necesario, ella puede aportar información, pero no está siendo investigada”, remarcó.
La conferencia no solo giró en torno a acusaciones. Hubo también espacio para la cooperación internacional. Sheinbaum destacó un acuerdo de alto nivel con Estados Unidos para combatir el tráfico de armas, problema que durante años no fue reconocido por el vecino del norte. Recordó el fallido operativo “Rápido y Furioso” del sexenio de Felipe Calderón, donde las armas terminaron en manos del crimen organizado.
“Por primera vez, Estados Unidos reconoce que tiene que hacer operativos en su territorio para evitar que armas entren de manera ilegal a México”, celebró la presidenta, dibujando así un viraje en la relación bilateral: sin fuego amigo, sin encubrimientos, pero con firmeza frente a la corrupción y con cooperación para enfrentar a la violencia armada.
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