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Pese a la disminución global reportada por la administración, el comportamiento delictivo en el municipio es complejo y demanda estrategias focalizadas
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Mientras el alcalde de Cuautitlán Izcalli, Daniel Serrano, presumió en su conferencia El Poder del Pueblo una reducción del 14% en los delitos de alto impacto durante enero-agosto de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior, los datos oficiales revelan que no todo es positivo, pues otros ilícitos presentan un repunte preocupante.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el robo a negocio se convirtió en el delito más frecuente con 402 carpetas de investigación en los primeros ocho meses del año.

El homicidio doloso también mostró un alza cercana al 20% en comparación con 2024, mientras que el robo con violencia representó casi el 30% de las denuncias. A ello se suma el incremento de robos a transeúnte y en transporte público, con focos en colonias como Infonavit Norte y Centro Urbano.
La extorsión es otro de los delitos que encendieron alertas. Entre enero y agosto de 2025 se abrieron 48 carpetas por este ilícito, lo que representa un aumento del 34% en relación con el mismo lapso del año pasado.
En tanto, el narcomenudeo registró 112 carpetas, con un crecimiento del 18%. Vecinos de colonias como Atlanta y Bosques del Lago han denunciado la presencia de redes de distribución en entornos escolares y comerciales.

La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) confirma que la percepción de inseguridad persiste en zonas clave del municipio, pese al plan “Blindaje Izcalli” anunciado por el gobierno local. Organizaciones ciudadanas piden mayor transparencia en el uso del presupuesto para patrullaje y atención a víctimas, además de coordinación con instancias estatales y federales.
Los datos muestran que, pese a la disminución global reportada por la administración, el comportamiento delictivo en Cuautitlán Izcalli es complejo y demanda estrategias focalizadas y participación comunitaria para contener delitos que van al alza y que afectan de manera directa la vida cotidiana de los habitantes.
