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Casi 400 viviendas y mil 138 personas resultaron afectadas por las anegaciones en San Pedro Cholula, donde vecinos reclaman la falta de apoyo y exigen soluciones
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
San Pedro Cholula, comunidad del municipio de Ocoyoacac, vive una emergencia prolongada que mantiene en zozobra a cientos de familias. Desde hace más de tres meses, las lluvias constantes y el desbordamiento del río Chichipicas, junto con la laguna de la zona, han provocado inundaciones que no ceden.
El agua permanece estancada en calles y viviendas, alcanzando en algunos puntos más de 40 centímetros de altura, lo que ha puesto en jaque la vida diaria de mil 138 habitantes.
El conteo más reciente elaborado por los propios pobladores señala que son 371 las casas dañadas por esta contingencia. Sin embargo, el ayuntamiento insiste en reconocer únicamente seis domicilios afectados en la comunidad de Llano del Compromiso, minimizando la dimensión de la tragedia que sufren los cholultecos.
Esta contradicción ha encendido aún más el enojo de los vecinos, que este jueves se manifestaron frente al Palacio de Gobierno en Toluca.
Durante la protesta, los inconformes exigieron la intervención inmediata del gobierno estatal, a quien le solicitan el envío de camiones vactor para desazolvar las calles y retirar los residuos acumulados.
Además, pidieron que se instale un cárcamo que permita desalojar el agua de forma permanente, pues aseguran que este problema tiene más de 40 años repitiéndose cada temporada de lluvias sin que ninguna administración municipal o estatal ofrezca una solución definitiva.
La vida cotidiana se ha transformado en un reto. Para salir de sus hogares, los vecinos deben calzarse botas de hule y caminar entre charcos pestilentes. En muchos casos, colocaron costales de arena y tabiques en las entradas para impedir que el agua invada las habitaciones.
Los enseres domésticos, ropa y muebles han quedado inservibles, y varias familias han tenido que mudarse temporalmente con parientes para proteger a niños y adultos mayores de las condiciones insalubres.
“Estamos viviendo una pesadilla. El agua no se va y las autoridades nos han abandonado. ¿Dónde está la ayuda que prometieron? Nuestras casas se están hundiendo y nadie hace nada”, lamentó Juan Pérez, una de las vecinas más afectadas.
La comunidad permanece en espera de una respuesta contundente. Mientras tanto, las familias continúan enfrentando día a día el impacto de unas inundaciones que se han convertido en parte de su rutina y que exhiben la fragilidad de la infraestructura hidráulica en Ocoyoacac.
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