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Por Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres
OFRECE SEGUNDOS VALIOSOS
“¿Tembló?” “Acá ni se sintió”. “Pero si no sonó la alerta sísmica”.
Preguntas y frases recurrentes ante un sismo. Ese sonido, plenamente socializado, que ofrece segundos valiosos para desalojar y reunirse en puntos seguros, no se presenta en todos los temblores.
La alerta, emitida oficialmente por el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex) y difundida desde 27 mil 887 altavoces del C5, es resultado de una decisión basada en datos duros y algoritmos.
Cuando el evento sísmico no tiene cierta magnitud o cercanía, la alerta no se presenta.
De acuerdo con el Sasmex, solo se activa bajo tres condiciones: 1) si en los primeros segundos de la detección sísmica, al menos dos estaciones rebasan los niveles de energía preestablecida; 2) de acuerdo con la estimación de energía del sismo.
La tercera está relacionada con la magnitud del temblor y la distancia respecto a la ciudad a alertar. Se activa cuando es mayor a 5 y el epicentro está a menos de 200 kilómetros; si es mayor a 5.5 y a no más de 350 kilómetros, y cuando es mayor de 6 y a más de 350 kilómetros.
Entender esto es fundamental para desmontar la idea de que debe haber una alerta cada que la tierra se mueve. El silencio no significa error, simplemente el evento no alcanzó los parámetros de riesgo.
Este año, el Segundo Simulacro Nacional incorpora el sistema de alerta sísmica vía celular. La señal, transmitida por el protocolo Cell Broadcast, tendrá la capacidad de llegar a más de 80 millones de dispositivos móviles en todo el país. No importa si se tiene saldo, conexión a internet o aplicaciones instaladas: el mensaje aparecerá en la pantalla y sonará en el teléfono.
La alerta y el simulacro —definido por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, como “el poder de coordinación interinstitucional con la ciudadanía”— colocan al país a la vanguardia de la tecnología de prevención masiva.