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La suspensión de infracciones ante la falta de terminales de cobro, ha convertido la vialidad en un caos donde transportistas y camiones circulan impunemente
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Paseo Tollocan, una de las vías más transitadas del Valle de Toluca, vive un desorden vial sin precedentes. La razón, insólita para muchos: el gobierno estatal suspendió la aplicación de multas por no contar con terminales electrónicas para el cobro inmediato de infracciones.
Aunque existen alrededor de 200 patrullas equipadas con cámaras, la falta de dispositivos Handheld valorados en 15 mil pesos cada uno ha dejado a los agentes sin herramientas legales para sancionar a los infractores.
El resultado, según automovilistas, es una autopista dominada por el transporte público y de carga, que invade carriles centrales y realiza maniobras peligrosas con total impunidad.
“Es como manejar en tierra de nadie. Los camiones se cruzan cuando quieren, y saben que nadie los va a detener”, relató Laura, usuaria diaria de la vialidad, quien asegura que ya ha estado a punto de sufrir un accidente.
Durante un recorrido hecho por Diario Basta se observó a tractocamiones circulando en carriles centrales prohibidos para este tipo de vehículos y a autobuses, cambiando de carril de forma abrupta, sin presencia de agentes estatales que intervinieran.
Un mando policiaco, que solicitó el anonimato, acusó que algunos municipios colindantes mantienen “acuerdos” con empresas de transporte para no sancionarlas, lo que agrava la impunidad.
El titular de la Secretaría de Seguridad, Cristóbal Castañeda, prometió que en breve se adquirirá nueva tecnología para retomar las multas, pero mientras tanto los automovilistas deben convivir con un tránsito cada vez más agresivo y sin control.
En Tollocan, la seguridad vial no depende del reglamento ni de la autoridad, sino de un aparato electrónico que hoy brilla por su ausencia. Y hasta que llegue, el asfalto seguirá siendo un terreno donde gana el más fuerte.
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