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Por Ricardo Sevilla
Lamentablemente, la corrupción en la política mexicana es un flagelo endémico que no distingue partidos.
Y aunque el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha sido históricamente el protagonista de grandes escándalos, lo cierto es que, en los últimos años, el Partido Acción Nacional (PAN) le disputa la corona de la corrupción.
Ejemplos abundan.
La Alcaldía Benito Juárez, un bastión del PAN en la capital, lleva años navegando en el epicentro de un escándalo de corrupción que ha sacudido a los sectores más conservadores de nuestro país.
Quisieran olvidarlo, pero los datos duros están al alcance de cualquier persona curiosa. Y ellos lo saben. Pero son cínicos y repelentes a la contundencia de la realidad.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, desde hace años, ha documentado un entramado criminal que, bajo la fachada de la administración pública, operaba para otorgar de manera ilegal permisos de construcción.
Pero no es el único caso. Ni el único lugar donde operan.
La corrupción panista ha despojado a muchos ciudadanos de su patrimonio y de su confianza.
Le pongo otro ejemplo: en el municipio de Solidaridad, en Playa del Carmen, una presunta red de corrupción ha sido desmantelada.
El escándalo salpica de mugre a la administración de la exalcaldesa panista Lili Campos Miranda. De hecho, este truculento caso tiene como protagonistas a exfuncionarios que se dedicaban al despojo de terrenos en la colonia Cristo Rey.
Tampoco es el único ejemplo de las tranzas blanquiazules.
También está el caso del exsenador Jorge Luis Lavalle, que obtuvo prisión domiciliaria a pesar de haber sido condenado por corrupción.
Los panistas, dicho sea de paso, nos han demostrado la nauseabunda impunidad selectiva que, hasta ahora, opera en el Poder Judicial.
El PAN, históricamente, ha querido posicionarse como un partido de valores y principios. De manera filistea, presumen abanderar la lucha contra la corrupción.
Pero es pura hipocresía.
La moral del PAN es un mito que se derrumba con cada nuevo escándalo que protagonizan.
Infelizmente para ellos, la gente sabe muy bien que la corrupción no es un error, sino un sistema que los políticos panistas han perfeccionado.
