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La madrugada del domingo en Nezahualcóyotl terminó en desastre cuando una camioneta se impactó contra un local dejando a un trabajador gravemente herido.
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Lo que debía ser una noche más de trabajo terminó en desgracia para Abraham Isidro Espinoza, joven trabajador de una pozolería en Nezahualcóyotl, quien fue arrollado por una camioneta fuera de control justo cuando recogía sus utensilios al cierre del turno.
El vehículo, según testigos, era conducido a alta velocidad y sin control aparente, hasta que se estrelló contra el negocio ubicado en Floresta y Loma Bonita.
El impacto no solo derrumbó parte del local, también arrastró varios metros al joven, quien fue trasladado de urgencia con fracturas en ambas piernas al Hospital General Zaragoza.
“Esto fue una tragedia anunciada”, lamentó doña Lupe, vecina del lugar, quien asegura que cada fin de semana los autos circulan como si la calle fuera pista de carreras. “Es milagro que no haya más heridos”, añadió.
La escena se tornó aún más sospechosa cuando una mujer que acompañaba al conductor intentó asumir la responsabilidad del choque. Familiares del joven no tardaron en denunciar un posible intento de encubrimiento.
“Mi sobrino pudo morir, y ahora quieren proteger al que iba manejando borracho. No lo vamos a permitir”, expresó entre sollozos su tío en los pasillos del hospital.
El conductor fue llevado también con lesiones al Hospital La Perla, donde se le realizarán exámenes toxicológicos. Mientras tanto, la fiscalía ya integró una carpeta de investigación, aunque los comerciantes del área temen que el caso se enfríe, como tantos otros. “Ya van varios accidentes así, y nadie hace nada. Nosotros trabajamos de noche, estamos expuestos”, reclamó un locatario vecino.
Las imágenes del local destrozado, con ollas volcadas y paredes fracturadas, son el testimonio gráfico de una irresponsabilidad al volante que no puede quedar impune.
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