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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Mientras las banquetas se llenan de negocios improvisados y las redes sociales se inundan de ventas sin factura, el Estado de México se hunde más en la economía informal.
Según el último censo del INEGI, el 79.8% de las unidades económicas en la entidad trabajan fuera del marco legal, apenas por debajo de Oaxaca. Para empresarios formales, el panorama no solo es desalentador, sino alarmante.
Mauricio Massud Martínez, presidente del CONCAEM, lamenta que cuatro de cada diez negocios nuevos inicien ya en la informalidad.
“Esto no es solo un problema de tianguis o puestos ambulantes. Muchos negocios están en locales establecidos, o vendiendo por internet sin cumplir obligaciones fiscales ni laborales”, acusa.
El problema, explica Massud, radica en que no hay condiciones ni incentivos para ser formal. “Abrir un negocio legal implica trámites interminables, pagos excesivos y vigilancia constante. Mientras no haya servicios públicos eficientes, nadie querrá pagar por ellos.”
Los empresarios insisten en que el Estado no puede permitirse seguir tolerando esta situación, pues afecta no solo la economía, sino también la calidad de vida de millones. Sin recaudación fiscal, advierten, la educación, salud y servicios básicos seguirán deteriorándose.
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